La Armada en Almería: el desembarco de infantería de marina en la playa del Perdigal

Poco después de las diez de la mañana de este martes comenzaba el desembarco de más de un centenar de infantes de marina en la playa del Perdigal de Almería. A casi treinta grados de temperatura y bajo un sol intenso, las embarcaciones LCM desplegaron en la franja costera de El Alquián, a menos de un kilómetro del aeropuerto y de las instalaciones del gaseoducto de Medgaz, a los militares del Tercio de Armada con base en San Fernando, cargados con los cerca de 40 kilos que pesan sus equipos de combate y armas, y también a medio centenar de vehículos todoterreno, blindados y camiones. Una proyección terrestre desde el mar que forma parte del macroejercicio a nivel Flota más avanzado de la Armada, que se desarrolla entre el 5 y 16 de junio en aguas del Mediterráneo occidental. Bajo la denominación de Flotex-23, se trata de un adiestramiento conjunto en el que se integran unidades de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con el que se cierra el año naval.

Y la provincia de Almería, convertida en enclave estratégico desde hace ya años por su emplazamiento en el Mar de Alborán y por contar con una infraestructura de referencia, el campo de maniobras Álvarez de Sotomayor, forma parte del escenario de operaciones de media y alta intensidad en el que la Armada se instruye frente a amenazas de guerra convencionales y también asimétricas como la guerra híbrida y cibernética, comprendido entre la costa andaluza, catalana y balear en los que se pretende valorar, analizar y certificar la capacidad de la Fuerza Naval. Con la participación de más de 4.700 efectivos, 19 buques, 2 submarinos, 16 aeronaves y 80 vehículos de infantería de marina, Flotex-23 constituye una oportunidad excelente para elevar el nivel de instrucción y fomentar la interoperabilidad de las unidades participantes de la Armada y de países como Estados Unidos, Canadá, Francia, Grecia, Italia, Letonia, Portugal y Turquía.

Durante la mañana se ha realizado un goteo incesante de lanchas de desembarco LCM junto al restaurante La Barraquilla del Perdigal, operaciones de descarga de tropa y vehículos que eran coordinadas en la orilla por la compañía de Organización y Movimiento de Playa (OMP), una especie de policía militar que controla el tráfico terrestre y los accesos a las zonas delimitadas con el objetivo de minimizar los riesgos, y esta tarde se ha trasladado la operativa a la playa de Quitapellejos en Cuevas del Almanzora. Es una fuerza expedicionaria, una brigada versátil con alto grado de disponibilidad y austeridad, con los medios esenciales y necesarios para cumplir la misión, los más rápidos en llegar. Es un cuerpo especial de la Armada, la infantería de marina más antigua del mundo cuya creación se remonta al año 1.537 con el emperador Carlos I. La primera fase de las maniobras del Flotex-23 se está realizando en la costa de Almería, que vuelve a ser escenario imprescindible como ocurriera en el ejercicio del pasado año (Gruflex-22), y no sólo con el desembarco.

El ejercicio también comprende un desplazamiento por carretera en 80 vehículos hasta las instalaciones del campo de maniobras Álvarez de Sotomayor de Viator, una de sus instalaciones favoritas porque les permite emplear todo tipo de armas (artillería, morteros, contracarros y carros de combate) y combinarlas con fuego aéreo y naval. Siempre con la intención de buscar una "mayor eficacia operativa" en la interoperabilidad de las distintas estructuras, en la primera fase del ejercicio en Almería se desplegarán conjuntamente, a la hora de comprobar las capacidades de la Armada al proyectar su poder naval sobre tierra, buques, aeronaves e infantería de marina. Flotex es el acrónimo de Ejercicios de la Flota y se realiza anualmente, tras un largo planeamiento realizado por el Estado Mayor, con el objetivo de adiestrarse en todo el espectro de las operaciones navales, incluyendo las de contraminado, guerra antisubmarina, de superficie, antiaérea y anfibia.

Entre los hitos del Flotex-23, el capitán de Fragata Fernández Navarrete, del Cuartel General Marítimo de Alta Disponibilidad, destacaba hace unas semanas la llegada en barco desde Noruega, con apoyo del Ejército del Aire, de las baterías HIMARS, un sistema estadounidense de lanzamientos multicohetes, la participación de dos submarinos cuya actividad está más limitada en el Golfo de Cádiz que en el Mar de Alborán. El Ejército de Tierra también colabora en el asentamiento en las instalaciones de Viator y con la participación del Regimiento de Artillería y Guerra Electrónica. La participación de agrupaciones permanentes de la OTAN y la Unión Europea en esta edición corre a cargo de los grupos de escoltas y medidas contraminas y también está previsto el empleo de sistemas no tripulados tanto por mar como por aire.

Durante la preparación de las maniobras, personal de la Armada (tanto en tierra como un piloto desde el aire) han comprobado el estado de la franja litoral y del recorrido para evitar las afecciones al máximo. El macroejercicio no interferirá a las embarcaciones de recreo ni actividades de pesca y el desembarco se realiza sin munición real, más allá del balizamiento con bengalas, limitándose el fuego real a espacios seguros en alta mar. También han mantenido una reunión con técnicos del gasoducto de Medgaz para analizar si existe alguna restricción en el entorno aprovechando para sentar las bases de futuras colaboraciones en la seguridad de la infraestructura procedente de Argelia. La Armada está formada por 24.488 personas, entre los que destacan 6.000 efectivos de la infantería de marina más antigua del planeta.