Amparo de perros y perrerías

La Protectora Animal del Bajo Almanzora no se dedica únicamente a los perros, ha tenido que recoger en ocasiones otras especies · Sus casas reúnen a un importante número de mascotas

Josefina Morillas y Helia Gómez, amantes de los animales y fundadoras de la asociación.
Josefina Morillas y Helia Gómez, amantes de los animales y fundadoras de la asociación.

La cosa comenzó como suelen empezar las cosas: por el principio. Josefina Morillas iba a su aire, recogía ladridos huérfanos de perros abandonados, perros de marca perro, o sea, sin árbol genealógico, a los que procuraba encontrar casa como por favor, haga usted la misericordia de quedarse con el chucho y, si no, entregarlo a la protectora de Pechina. Helia Gómez, sevillana de nacimiento y cuevana de linaje familiar, cargaba con todo perro desamparado o maltrecho que encontraba en su camino. Ambas, Josefina y Helia, se encontraron por aquello del dicho de que Dios las cría y ellas se juntan, se juntaron en los menesteres de encontrar hogar a chuchos callejeros con necesidad de calor.

Entre ambas decidieron poner en funcionamiento una protectora de animales a la que han puesto de nombre Proalba, Protectora Animal del Bajo Almanzora. De momento están en la fase de pedir: terreno municipal al Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora; el proyecto; colaboración de empresas, de socios; subvenciones; de todo, porque ya se sabe que las asociaciones sin ánimo de lucro son de comienzo peliagudo: falta casi lo que es imprescindible y la conciencia de la sociedad, más la crisis, no están muy por la labor.

Helia tiene recogidos cuatro perros en su casa, los mismos que Josefina mantiene en la suya mientras no encuentren adoptantes. Ocho canes a los que dar de comer, limpiar, llevar al veterinario. En el ínterin de la conversación, Alba, la hija de Helia, un angelito rubio de dos años, ay Machín, no para de un lado a otro. Cuenta Helia que tenía once perros recogidos cuando nació Alba y así ha salido la niña: le encantan los animales, los abraza, los achucha...

Josefina, dos hijos y una camada de perros negros que piensa van a ser grandes, tirando a perro lobo. Ha colocado, es un decir, más de once perros desde que comenzó en esta tarea. Helia dice que la historia de cada perro está dentro de sus ojos, según lo mires te transmite pena o amargura o soledad. Ambas, Josefina y Helia coinciden en la historia más penosa "un señor de Cuevas del Almanzora le pegó un tiro a un perro abandonado que tenía en acogida. Este perro fue robado o perdido en Roquetas de Mar. Al recibir la perdigonada, el can salió por patas y lo llevamos al veterinario, al final se salvó. Pero lo que son las cosas de la vida que nunca se sabe por dónde te va a sorprender, se localizó al dueño del perro con la desgracia de que había fallecido pocos días atrás en una operación a corazón abierto. Su hermana, por aquello del cariño a su hermano, se quedó con el perro. Y ahí está el chucho, vivo y cuidado y cuidando a su nueva dueña". Perros recién nacidos abandonados en cajas de cartón, perros malheridos, perros con vida de perro, de perrerías a los perros, una tras otra las historias se hilan entre sí, una lleva a la otra y entre ellas una del microchip. Josefina, la presidenta de Proalba, lo primero que hace es llevarlo al veterinario y pasarle el lector. Este pasado verano una mujer avisó de que en Las Cunas había un perrillo atado a la puerta de un cortijo sin comida ni agua, "cogimos el perro en estado límite de desnutrición, el peor de todos los que he recogido. Por unas cosas y por otras el perrillo pasó un mes con nosotros y me encariñe con él. El día que vino Rafael a recogerlo se me partió el alma porque se tiró al suelo como diciendo dejadme aquí, que aquí estoy bien. Sin embargo, al día siguiente me llamó Rafael y me dijo que el podenquillo tenía dueño, estaba denunciado por desaparición y el mismo día fueron a por el. Una alegría".

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