La Almería vacía

Evolución demográfica | un interior 'desértico'

La mitad de los pueblos de la provincia tienen ya menos de un millar de habitantes

El interior de Almería ya no da cobijo ni al 25% de la población

En dos décadas, el 80% de la población se suma a la capital y el Poniente

Municipios como Benitagla se encuentran cada año con una disminuición de población constante. / D. A.
Rafael Espino

22 de abril 2018 - 02:33

La provincia ha ganado 200.000 habitantes desde 1996 y el 80% de estos se suman al área Metropolitana (la capital y municipios cercanos) y el Poniente. En definitiva, zonas costeras, y a su vez, donde existen mayores posibilidades de empleo. De hecho, entre los municipios que conforman el litoral almeriense aglutinan el 75,2% de toda la población de la provincia. Pero no siempre ha sido así, en 1900, un 51% de todos los habitantes de Almería vivían en localidades centrales.

El significado es evidente. Y es que, aunque Almería es una de las pocas provincias que ganan población, esta se se concentra en la costa mientras que el interior se queda vacío. De hecho, la mitad de los municipios de la provincia tienen ya menos de 1.000 habitantes. Entre la razones destaca el empleo, pero se le añaden otras como el envejecimiento de la población. En más sesenta municipios mueren ya más personas de las que nacen. En un plazo de tres décadas, los almerienses mayores de 65 años serán el doble que los menores de 18. En el plazo de unos años, Almería tendrá más muertes que nacimientos. Las cifras ya están casi igualadas.

A final de la década de los setenta, Almería tenia una media de 19 partos por cada mil habitantes. La cifra cayó en 2016 a mínimos históricos situándose en 11 nacimientos por cada mil habitantes. Las madres almerienses ya no son tan jóvenes ni tienen tantos hijos. Por tanto, si en 1975 la edad media de las madres almerienses era de 28,41, y en 1988 de apenas 27, en la actualidad, la edad media se ha situado en los 31 años.

Mientras que Roquetas de Mar ha sumado 54.000 ciudadanos desde 1996 y con 90.000 habitantes se ha situado como el segundo municipio con más población de la provincia o El Ejido se ha convertido en un auténtico referente tras haber surgido como una pedanía más de Dalías, la Comarca del Nacimiento, Los Vélez y el Almanzora se vienen abajo demográficamente. De hecho, El 92% de los municipios del Nacimiento han perdido población en los últimos 20 años, el 63% de estos han pasado por el mismo trauma en el Almanzora, el 72% en la Alpujarra y el 75% en Los Vélez.

Por el contrario, el 85% de los municipios ha ganado población en el Poniente, el 87% en el Levante y todos los del área metropolitana, el 100%, han ganado habitantes.

Gérgal ha perdido la mitad de sus habitantes en los últimos 40 años, Ohanes dos terceras partes desde 1960 , al igual que Santa Fé de Mondujar y Laroya, dos poblaciones en plena evolución hasta la mitad del siglo pasado. Al igual que Sorbas, que con 7.124 habitantes en 1910 gracias a la agricultura de secano y la artesanía, una vez se debilitaron estos dos motores, cayó hasta los 2.000 habitantes. Sin embargo, su demografía comienza a equilibrarse gracias a la industria auxiliar, que está comenzado a despegar. La agricultura de invernadero también está ayudando a hacer que el municipio no caiga en el olvido. Lo mismo está sucediendo con otros municipios de interior como Arboleas, Berja, Pechina o Benahadux, cuya población no deja de aumentar desde hace varias décadas. Sin embargo, la realidad de este municipio no puede extrapolarse al resto de las localides. Los datos dicen que dos terceras partes de los municipios han perdido habitantes desde inicios del siglo XX y un 33% están acelerando este proceso en los tres últimos lustros. Algunas zonas vivieron un repunte en la década pasada, con el 'boom' de la inmigración. Marroquíes, rumanos, ingleses, ecuatorianos, argentinos y alemanes, por este orden, le dieron vida a algunos de los municipios más dañados por el proceso de emigración a las localidades costeras.

Un caso extraño es el de Cuevas de Almanzora. Este sí ha sabido remontar la situación. A finales del siglo XVIII contaba con más de 26.000 habitantes. Su agricultura era fuerte y la mineria daba trabajo. Pero en la posguerra española, la población emigra a suiza, Alemania y Francia. En los años 60 emigran principalmente a Cataluña. En esa década tuvo su pico más bajo de población (7.795 habitantes), pero en la actualidad ha remontado hasta los 12.000. Su evolución demográfica es positiva.

La población almeriense, al igual que la del resto del mundo, está destinada a vivir pegada a la costa. Así lo indica la evolución demográfica de los últimos años. De hecho, ahora, estos municipios linderos con la costa se enfrentan a un nuevo problema: dónde meter toda la población que suman y suman. Roquetas de Mar es la localidad con mayor densidad de población de la provincia. Cuenta con 1.195 habitantes por kilómetro cuadrado. Le siguen Garrucha, con 1.031; y Almería, que cuenta con 630 habitantes en dicho espacio. Huércal de Almería, El Ejido, La Mojonera y Vícar, todos costeros, les siguen en la lista.

Si la provincia almeriense ha crecido en 200.000 habitantes durante los últimos 20 años, se lo debe al área Metropolitana y al Poniente. Entre estas dos zonas suma casi el 80% de todos los habitantes que se han ganado en estas dos décadas.

Tan solo el municipio de Roquetas de Mar ha sumado 54.000 ciudadanos desde 1996. Más de la mitad de su población, que ya se ha superado los 90.000 habitantes situándose como el segundo municipio con más población de la provincia. En este mismo espacio de tiempo, El Ejido ha sumado 41.000 habitantes y Almería capital 24.000. A este crecimiento también han ayudado La Mojonera o Vícar, pero también los municipios costeros de El Levante como Mojácar, Vera, Carboneras o Pulpí, todos ellos experimentando grandes crecimiendos de población gracias a su apuesta por el turismo, uno de los principales ingredientes para la creación de trabajo en los últimos años en los municipios del litoral almeriense.

Pero el caso más llamativo se produce en el área metropolitana. Todos y cada uno de los municipios que la conforman han aumentado su población. Huércal de Almería, Viator , Benahadux o Pechina conforman una de las zonas con mayor tasa de natalidad de la comunidad.

El problema está en el interior. Los Filabres y el Nacimiento lideran la pérdida de habitantes. La Alpujarra los mantiene a duras penas y situación similar vive el Almanzora, aunque todas estas comarcas tienen más pueblos que pierden población de los que ganan.

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