Almería, uno de los últimos reductos del gato montés en Andalucía
Naturaleza
Serbal ha constatado la presencia de este felino en Los Filabres, Sierra de Gádor, Las Estancias y Sierra Alhamilla
Los expertos piden que se declare como especie en peligro de extinción
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El gato montés está en peligro. Hace unas décadas, quizás ya medio siglo, era una especie abundante en las sierras almerienses. Hoy, sin embargo, es casi imposible de ver, aunque sigue habiendo algunos ejemplares distribuidos por toda la provincia, tal y como confirman los recientes estudios realizados por Serbal (la Sociedad para el Estudio y Recuperación de la Biodiversidad Almeriense).
El gato montés es una especie casi olvidada por las instituciones, pues ni siquiera existen censos específicos y, por lo tanto, no se conocen con certeza los efectivos de las poblaciones de gato montés en la Península Ibérica, tal y como se explica en El libro rojo de los mamíferos en España. Sin embargo, los expertos coinciden en señalar que existe un escenario alarmante para este pequeño felino en la península ibérica, evidenciando una gran fragmentación de sus poblaciones.
La Asociación Bastet Conservation y la Universidad Rey Juan Carlos han puesto en marcha un censo nacional de la especie con la colaboración de voluntarios entre los que se encuentra Serbal. El objetivo es recopilar toda la información disponible del estatus y tendencias, acordar métodos estandarizados y unificados de seguimiento que permitan evaluaciones periódicas de las poblaciones, valorar la posibilidad de una evaluación regional del estatus de conservación y concienciar al público y administraciones del escenario de pre-extinción al que se enfrenta la especie en la mayor parte de Iberia, según explican desde la URJC.
El censo en Almería corre a cargo de Serbal. Para ello han instalado cámaras de fototrampeo utilizando como atrayente orina de lince ibérico. En total son doce cámaras en 2.000 hectáreas, que graban durante dos meses. Así han podido comprobar la existencia del gato montés en zonas como la Sierra de Los Filabres, de las Estancias, Sierra de Gádor y Sierra Alhamilla. "Hemos localizado ejemplares en cuatro de los cinco bloques estudiados; en todos excepto en el Desierto de Tabernas", explica Emilio González, presidente de Serbal.
El estudio muestra que el gato montés sigue presente en casi toda la provincia de Almería —falta por estudiar el Levante, en concreto la Sierra de Cabrera—. Las grabaciones muestran que las mayores poblaciones se encuentran en la Sierra de Gádor y la de las Estancias, donde incluso se ha logrado captar un momento que jamás se había registrado en Almería: una madre junto a sus crías, a finales del mes de agosto (los partos suelen producirse entre abril y mayo y las crías pasan unos seis meses con su madre).
El gato montés en Almería
El gato montés es un felino muy escurridizo y difícil de ver, no solo porque son escasos, sino porque tienen hábitos solitarios, son muy sigilosos y suelen ser crepusculares y nocturnos. "Pasa totalmente desapercibido, por lo que decimos que es una especie fantasma o invisible", explica Emilio González.
En Andalucía quedan menos de 400 individuos, ya que en las últimas décadas se han reducido mucho sus poblaciones. De hecho, estos recientes estudios muestran que en Andalucía occidental está casi extinto, mientras que las Sierras Béticas orientales —Almería, Granada y Jaén— conforman en último baluarte o reducto del gato montés en Andalucía.
La densidad de su población suele ser de un gato cada 1.000 hectáreas, si bien los machos son capaces de tener territorios de hasta 5.000 hectáreas, según explica el presidente de Serbal.
Su alimentación se basa, sobre todo, en el conejo. No obstante, se encuentran diferencias según su hábitat. "Hemos observado que los gatos monteses de las zonas más altas de Los Filabres están en zonas donde hay gran cantidad de ratas de agua, ya que no hay conejo", cuenta Emilio González.
El censo que se está elaborando está arrojando datos muy positivos, ya que se ha constatado la presencia de gato montés en todas las zonas analizadas excepto en el Desierto de Tabernas. "Las cámaras nos muestran que en esa zona hay mucha actividad de caza incluso en época de veda, lo que nos pone sobre la pista de que la actividad cinegética ilegal puede ser la causa de la ausencia del gato montés", dicen desde Serbal.
En breve presentarán lo resultados del censo, si bien aseguran que van a seguir estudiando esta especie. La siguiente zona será Sierra Cabrera (Turre, Mojácar y Sorbas) donde históricamente esta documentada la presencia del gato montés.
De especie vulnerable a en peligro de extinción
El gato montés está en peligro, sí, pero las administraciones parece que aún no se han dado cuenta. En España, El libro rojo de los mamíferos indica que existe un bajo riesgo de extinción, con la subcategoría de especie casi amenazada (NT). Sin embargo los expertos van a pedir al Ministerio para la Transición ecológica y el Reto Demográfico que lo eleven a "en peligro de extinción" (EN).
Sus principales amenazas son la caza furtiva (no son una pieza cotizada, pero el uso de artes ilegales de control de predadores y de veneno produce muchas muertes), la pérdida del hábitat y fragmentación de las poblaciones, la hibridación con gatos domésticos (aunque en Almería no se han visto híbridos) y también la disminución de la densidad de conejos, su principal alimento, por culpa de una nuevas variantes de la enfermedad hemorrágica vírica.
El censo que se está elaborando es el primer paso para llamar la atención sobre una especie poco conocida pero que forma parte de la fauna almeriense desde tiempos inmemoriales. Una especie en peligro que hay que poner en el foco para protegerla y que no acabe extinguiéndose.
El gato montés, muy distinto del doméstico
¿Es fácil distinguir un gato montés de uno doméstico? Según los expertos sí. Para empezar, es mucho más grande: "el macho es el doble que un gato doméstico", dice el presidente de Serbal. No obstante sí que pueden ser confundibles con los gatos cimarrones (gatos domésticos silvestres) del tipo "Tabby".
El gato montés tiene un fenotipo característico, como su patrón de rayas y marcas. Tiene el pelaje dorsal de color gris parduzco, con cuatro o cinco líneas longitudinales negras en el cuello, una banda espinal negra y diversas bandas transversales pardas en los flancos. Ventralmente blanquecino en garganta y cuello, y de color ante-crema en el resto. La cola es cilíndrica con dos o tres anillos oscuros y extremo negro. Tiene manos con cinco dedos y pies con cuatro, todos con uñas retráctiles.
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