Almería será tierra de linces
medio ambiente
La Sierra de las Estancias y Los Vélez se han convertido en zonas de avistamiento en las últimas fechas
El proyecto Life Lynx Connect podría potenciar en la provincia su presencia
La provincia de Almería no es propia de linces ibéricos. Al menos en libertad. En las últimas fechas, este espectacular animal que hasta hace poco ha estado en peligro de extinción, ha sido propio de otras zonas como Sierra Morena o Doñana-Aljarafe.
De apenas un centenar de linces ibéricos en libertad se ha pasado a un millar en la mitad sur peninsular. Y la intención es que su número siga creciendo. Es el reto al que hace frente el nuevo programa europeo Life Lynx Connect, dotado con 18,7 millones de euros en cinco años, que pretende llevar a cabo la conexión de las seis poblaciones existentes en la península además prevé la creación de dos nuevas áreas linceras, una en Lorca (Murcia) y otra en Sierra Arana (Granada).
Emplazamiento
En caso de asentarse, los expertos señalan que habría que buscar un asentamiento
Y Almería, que en principio es zona corredor, se convertirá, sin lugar a dudas, en punto crucial donde el lince podría encontrar el terreno necesario para asentarse. No son predicciones, es pura lógica. Los montes lorquinos del Gigante-Pericay, junto al Parque Natural de Sierra María-Los Vélez, son el escenario donde están previstas las liberaciones en 2023.
Y en la parte occidental de la provincia, la suelta será en Sierra Arana (Granada), una unidad montañosa vinculada a la Sierra de Huétor y que limita con los municipios de Deifontes, Iznalloz, Cogollos Vega, Huétor Santillán, Diezma, Darro, La Peza, Píñar, Morelábor y Huélago.
Según los ecologistas, Almería tiene "la necesidad de arbitrar corredores ecológicos efectivos entre los distintos espacios naturales de Andalucía y la inviabilidad de proteger especies silvestres mientras se fragmenta el territorio con infraestructuras, mares de plástico y urbanizaciones".
"Queda demostrado que la movilidad de los linces es, como ya se sabía, muy amplia y con buenas condiciones, pueden llegar a recuperar hábitats perdidos en el pasado por todo el territorio andaluz”, añaden.
Así, creen también demostrada la "funcionalidad" y la "importancia” de la red de corredores ecológicos que forman las Zonas de Especial Conservación (ZEC), declaradas por la Unión Europea e incluidas en la Red Natura 2000; una red "muy maltratada especialmente en Almería".
Estas exigencias llegaron después de que un lince ibérico fuera atropellado, en 2020, en la circunvalación de Almería capital, cerca del polígono PITA. El proyecto LIFE Lynx Connect pretende no solo crear estas comunidades, sino que las nuevas colonias sirvan de refugio de paso de esta especie en sus migraciones. Y garantizar su seguridad es clave. El atropello de los linces en carreteras es la principal causa de mortandad no natural de los linces, y se intentará evitar con un sistema que emite una luz al vehículo cuando ha detectado que puede colisionar con un animal que va a cruzar y, si no reduce la velocidad, envía una señal acústica.
“La llegada de linces a la provincia de Almería no hubiera sido posible, sin la existencia de estos espacios protegidos. Concretamente la Z.E.C. “Ramblas de Gérgal, Tabernas y Sur de Sierra Alhamilla” sirve de unión entre cuatro espacios de gran importancia ecológica, como son Sierra Nevada, Tabernas, Sierra Alhamilla y Cabo de Gata. Sin esta Z.E.C. la unión de estos 4 espacios habría desaparecido hace tiempo ya bajo los plásticos”, argumenta Ecologistas en Acción.
Pero, durante las últimas fechas, ha habido citas de linces en varios puntos de la provincia de Almería, llegando a ser expuestos incluso en las redes sociales. No solo se ha registrado el atropello. En la Sierra de las Estancias ha habido cistas del lince ibérico, al igual que en Los Vélez.
Escritos documentan su presencia anterior
Según la web hacialosalvaje, Antonio Jose Navarro (1739-1797), Cura de Vélez Rubio y Abad de Baza, gran aficionado a realizar expediciones por estas sierras del norte de la provincia, dejó testimonio de la riqueza faunística que ostentaban estos espacios naturales aún a finales del siglo XVIII.
“Venados, corzos, cabras monteses; entre los carnívoros, omitiendo los lobos y zorras, por desgracia muy comunes, se cuenta… el gato cerval, el linze, que en estos pueblos llaman gato de clavo. Es aquí mayor de lo que han dicho los naturalistas, pues no sólo excede el tamaño de las zorras, sino que algunos llegan al de un perro perdiguero. Su hermosa piel, los pinzelillos montados sobre sus orejas, la cola corta, le dan un carácter particular y una figura agradable. Es carnívoro, pero huye del hombre y de los perros; si las manchas de su piel estuvieran mejor terminadas parecería una pantera pequeña”, narraba.
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