La Almería peculiar de los 29 de febrero
Almería
Cosas y casos que ocurrieron en la provincia en este día tan especial del año bisiesto
Cuando le dieron la murga a Encarna Sánchez
Almería/La semana que comienza mañana nos trae un regalito. Y el mes que termina, un suplemento. Claro, me refiero al 29 de febrero. El día de más que nos incluyen en los almanaques, cada cuatro años, desde 1582. El calendario gregoriano resolvió así el encaje de las 5 horas, 48 minutos y 56 segundos que, además de los 365 días, la Tierra tarda en dar una vuelta al Sol sobre su órbita. El caso es que los 29 de febrero pasan cosas y muchas de ellas peculiares; tiene su santoral, nacen y mueren personas y la vida sigue, como si fuese el 1 de marzo.
Hace justo un siglo, en 1924, Almería andaba un poco revuelta por la novedad que suponía el amerizaje en el Puerto de un hidroavión, artefacto volador poco o casi nada conocido en la provincia. El aparato fondeó junto a la escalinata real y provocó que innumerables curiosos se acercaran al muelle a verlo. El hidroavión venía desde Málaga y era propiedad del piloto Ángel Orta, quien hacía turismo por ciudades costeras españolas a bordo de tan peculiar artilugio.
Cuatro años después, el día de año bisiesto de 1928 fue malísimo en lo climatológico; el temporal de viento, frío, lluvia y nieve ocasionó innumerables daños en las zonas agrícolas de la provincia, así como serias dificultades de navegación en los vapores y buques que surcaban el Mar de Alborán, como el “Buere”, “Cabo Peñas” o el pailebot “Catalina Partida”.
“Funeraria Nueva”
Curiosa es la petición administrativa que tramitó el Ayuntamiento de Almería el 29 de febrero de 1932. Los empresarios Ubaldo Gómiz Belver y Antonio Tijeras Quesada solicitaron la apertura de una funeraria en el número 3 de la plaza de Vivas Pérez, antes llamada de Bermúdez. El negocio, llamado “Funeraria Nueva” y regentado luego por distintas personas, permaneció en esa plaza hasta finales del siglo XX y su primer número de teléfono fue el 468.
Ese día de febrero de 1936, un grupo de vecinos abandonaron en la recepción del hospital provincial a una mujer desconocida, que se encontraba muy mal de salud. Fue atendida, pero expiró. El juez Francisco Yúfera Hernández firmó un edicto para que los ciudadanos pudieran reconocer e identificar a la malograda señora; para ello determinó que su cadáver y sus ropas fuesen expuestas en el cementerio municipal para lograr su filiación. Y se logró. Se trataba de Dolores Valdivia Hernández, de 62 años, y nacida en Laujar. Un derrame cerebral acabó con su vida.
Precios abusivos
El 29 de febrero de 1940, en el inicio de la posguerra, el gobernador civil de la provincia arremetió contra los llamaos “abusos en el abastecimiento y la comercialización de productos alimenticios” con un edicto de durísimas sanciones a comerciantes y proveedores de Almería por vender pan, sardinas prensadas, garbanzos, leche o patatas “a precios abusivos”. O por repartir entre conocidos harina y aceite destinados al suministro de la población. Las multas firmadas por Francisco Pérez Cordero oscilaban entre las 50 y las 500 pesetas. Una barbaridad.
El día añadido del bisiesto 1944 sirvió para presentar un festival taurino en la plaza de toros de la Avenida de Viches. Era la corrida de la reaparición de Julio Gómez “Relampaguito” (1884-1947) y la despedida del banderillero José Moya “Moyita”. Además, el cartel se completaba con “Alvarito Moya” y Juan Luis de la Rosa (1926-2006). La entrada más cara costó nueve pesetas y la de niños menores de 10 años, tres pesetas. “Relampaguito” fue zarandeado y arrollado varias veces por el morlaco.
El de 1948 cayó en domingo y, como fin de mes y de semana, la biblioteca pública “Francisco Villaespesa” lanzó sus estadísticas de uso. Según éstas, en ese febrero se prestaron 1.096 libros –de ellos, 425 de literatura- y en la sala se solicitaron 746 obras.
El pleno del Ayuntamiento de la capital se reunió el 29 de febrero de 1952 para, entre otras cuestiones, aprobar una normativa que permitiera retirar de las calles y entregar a sus padres o en los colegios a los menores que en horario escolar estuvieran fuera de las aulas. Además, se instaba a los maestros a remitir al Consistorio un listado mensual con el alumnado y sus faltas de asistencia.
El bisiesto 1960 propició que la imagen de la Virgen de Monteagud quedara expuesta desde el día 29 al rezo de los fieles en la parroquia de San Sebastián de Almería. La talla efectuaba una peregrinación por la diócesis con objeto de recaudar fondos para la restauración de su santuario, en esa época completamente en ruinas.
También relacionados con la infancia fue el bisiesto 1964. El 29 de febrero visitó oficialmente la capital Antonio María Oriol y Urquijo (1913-1996); era director general de Beneficencia y Obras Sociales. Recorrió La Chanca, el hospital de la Cruz Roja y Los Molinos y prometió la construcción de un centro de “alimentación infantil” en el Barrio Alto.
Los Tempranos
Muy flamenco fue el día extra de 1968; la histórica peña “Los Tempranos” de la Plaza de Pavía organizó una velada de cante en el Teatro Apolo; el patio de butacas se llenó para escuchar a Juan Gómez, José Doucet, Alfonso Ramírez, Pepe Ortega y Simeón Aguilera a la guitarra.
Los ocho 29 de febrero que restan por relatar del siglo XX también tuvieron sus pequeñas o grandes historias. Y muchas, tan peculiares como las descritas. Por ejemplo: el de 1980 fue el último día para que los pensionistas comunicaran al Ministerio de Sanidad y Seguridad Social si cobraban más de una pensión. El objetivo era aplicarles más o menos subidas a unas prestaciones que oscilaban entre 31.800 y 55.650 pesetas.
Y como si la historia fuese cíclica, 60 años después del bisiesto de 1928, en 1988 se repitió un 29 de febrero el temporal de frío y nieve en la provincia. La cosecha de almendra quedó arrasada en pueblos como María, Fiñana, Chirivel o Laujar, donde se registraron temperaturas de diez grados bajo cero.
El caso es que este próximo jueves habrá efemérides, aniversarios y celebraciones de cumpleaños como un día cualquiera, siendo una fecha singular. Feliz 29 de febrero.
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