Almería estudia su nivel de radón
medio ambiente
Europa obliga al Gobierno español a establecer medidas para proteger a la población de los efectos del radón
La presencia de este gas en la provincia es elevada
La Unión Europea obliga a España a realizar mediciones del gas radón para establecer medidas de protección en aquellas viviendas en las que sus niveles sean dañinos para el ser humano. El ministerio de Fomento trabaja en un reglamento para la protección de los edificios frente a la exposición al radón, en el marco de la transposición de la directiva europea de Normas de seguridad para la protección contra los peligros derivados de la exposición a radiaciones ionizantes, que debe estar concluida antes de febrero de 2018.
Se está desarrollando un primer documento para su discusión por un grupo de expertos, que dirán qué medidas tomar, para luego elaborar la propuesta normativa con las exigencias básicas. Posteriormente se presentará un real decreto u orden ministerial que será sometido a información pública.
Almería es una de las provincias de la Península con mayor concentración de radón. Sus porcentajes no entrañan riesgo para la salud de los almerienses, sin embargo, el hecho de haberlos detectado tras los estudios realizados por el Consejo de Seguridad Nacional, ponen sobre la mesa el mapa del radón en la provincia de Almería.
El punto de mayor concentración se localiza en Vera, con el nivel de exposición más elevado. Sin embargo, la zona con mayor expansión se localiza en el centro de la provincia en los términos de la Comarca del Nacimiento y el Campo de Tabernas y la Comarca del Mármol. Municipios como Fiñana, Abla, Abrucena, Las Tres Villas o Nacimiento en la primera división y otros como Gérgal, Velefique, Uleila del Campo o Benitagla en la segunda y tercera, con un nivel de exposición 1 (medio), el mismo que en el norte de la provincia, donde Vélez-Rubio, Chirivel y Oria acumulan los mayores porcentajes.
Las concentraciones, en algunos puntos, se sitúan en torno a los 50 bequerelios por metro cúbico (50 bq/m3). La Unión Europea tiene establecido el límite en 200 bq/m3, es entonces cuando las personas tienen 6,6 veces más riesgo de contraer cáncer de pulmón. Durante los últimos años, el Consejo de Seguridad Nuclear, Universidad de Cantabria, junto con la Universidad Autónoma de Barcelona y de Santiago de Compostela, han desarrollado en viviendas a lo largo de la provincia de Almería (y de toda España) mediciones en viviendas, utilizando métodos estadísticos para delimitar las zonas con mayor riesgo de exposición a este gas, obteniendo como resultado un mapa.
En la provincia, la zona donde se puede dar un mayor nivel de concentración de bequerelios es en el complejo Nevado - Filábride, según apuntan desde el CSN, por el hecho de que "abundan los micasquistos grafitosos y en zonas volcánicas". Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) El radón es un gas radioactivo inerte de origen natural; es inodoro, incoloro e insípido. Se produce por la desintegración radioactiva natural del uranio presente en las rocas y el suelo. El radón también puede encontrarse en el agua. El radón se libera fácilmente del suelo al aire, donde se desintegra formando varios productos de breve duración que se conocen como descendientes del radón . A medida que estos se desintegran, emiten partículas alfa radioactivas y se adhieren a los aerosoles, el polvo y otras partículas suspendidas en el aire.
Concentraciones de arsénico en diversos puntos
La provincia registra una sobreexposición al arsénico, un semimetal tan esencial para la vida como perjudicial en grandes cuotas. Según el estudio realizado Centro Nacional de Epidemiología, Almería es una de las provincias con mayor concentración de este elemento en el entorno natural. El arsénico está presente en cantidades bastante abundantes en la corteza terrestre y en cantidades más reducidas en la roca, el suelo, agua y el aire. Está presente en numerosos minerales. Alrededor de un tercio del arsénico presente en la atmósfera proviene de fuentes naturales, por ejemplo de los volcanes, y el resto proviene de actividades humanas. Cuando hay contaminación geológica natural, se pueden encontrar altos niveles de arsénico en el agua de bebida que proviene de pozos.
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