"En Almería deberíamos tener en cada pueblo una fábrica de paneles solares"

La entrevista· Lola Sánchez Caldentey · Eurodiputada del Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea / Izquierda Verde Nórdica

"La Unión Europea está dirigida por la voluntad de los grandes poderes económicos y financieros de Europa"

"La UE es el mayor donante de ayuda humanitaria y desarrollo del mundo"

"En Almería deberíamos tener en cada pueblo una fábrica de paneles solares"
Gádor Sánchez

25 de marzo 2018 - 01:55

El Parlamento Europeo ha sido su primera incursión como representante política de una institución pero Lola Sánchez no descarta seguir con esta labor dentro de las filas de Podemos y presentarse en las nuevas listas electorales del próximo año. Licenciada en Ciencias Políticas y Sociología, recibió durante 2015 y 2016 el premio "Fair Politician of the year" de la Fundación holandesa Max van der Stoel por la coherencia en su trabajo parlamentario. Su labor como eurodiputada se centra sobretodo en las comisiones de Desarrollo y Comercio Internacional.

Padre cartagenero y madre valenciana, ¿usted es?

Yo soy una mezcla, podemos decir que soy levantina.

¿Una levantina que ha visitado diferentes países buscando trabajo?

Sí, yo digo que he tenido dos tipos de emigración, en la primera fui a Islandia y no me fui forzada laboralmente, al contrario fue una decisión personal. No me había ido de Erasmus y quería tener esa experiencia. Islandia me gustaba mucho, había estado varias veces allí y quería aprender la lengua y la cultura, la situación personal me lo permitió y tanto mi familia como yo misma estábamos muy contentos.

Ese fue el primer tipo de emigración, ¿el segundo fue diferente?

Después de Islandia estuve en Escocia y en EEUU, esta última estancia fue la más dura. Era el país más lejano donde me iba y tenía billete de ida pero no de vuelta, me iba a la aventura a buscar trabajo y si lo encontraba tenía pensado quedarme pero al final no pudo ser.

¿Qué pasó?

Completar la documentación necesaria para trabajar de forma legal es tremendamente caro y complicado para las empresas y a pesar de haber hecho muchas entrevistas de trabajo cuando sacaban cálculos me decían que regularizar la situación les costaba alrededor de 10.000 dólares por lo que rechazaban la idea. Así que acabé trabajando de ilegal en un restaurante porque ya conocía la hostelería.

¿Trabajadora ilegal en EEUU?

Sí, recuerdo esa situación con muchísimo cariño y espero no olvidarla nunca. Estuve en un restaurante con más trabajadores ilegales, todos eran mexicanos, hombres y mujeres. Cuando la policía pasaba por delante del restaurante todos salíamos a escondernos. Sientes un hermanamiento con esas personas que lo único que hacen es buscar una vida mejor, hablamos de los latinoamericanos que van a EEUU o también de toda la gente que está intentando cruzar el Mediterráneo, unos huyen de la muerte pero otros huyen de unas vidas auténticamente miserables, encima cuando llegan al destino, si es que llegan, son maltratados.

Y después de ese recorrido, ¿cómo llega a Podemos?

Después de dar muchas vueltas e intentar encontrar un trabajo que me diera alguna perspectiva de futuro y de mejora, me ocurrió una cosa que fue la chispa que me motivó a dar el salto a la política. En la Navidad de 2013 estaba trabajando en un restaurante de camarera, y vinieron todos los concejales del ayuntamiento de Cartagena a una comida de Navidad, uno de ellos había sido compañero mío de trabajo en un instituto y se sorprendió de verme como camarera y me presentó al resto de comensales. Yo no le di más importancia pero una concejala del PP toda sorprendida me preguntó qué hacía yo allí, ¡cómo si fuera una cosa voluntaria!, me dio un ataque de rabia y me entró un calor por dentro que me tuve que ir, no sin antes decir a la mesa que no sabía en el mundo en el que vivían e iban dos metros por encima del suelo y que además no se enteraban de cuál era la realidad de la gente en este país.

¿Despertaron a la política que llevaba dentro?

Un par de semanas más tarde al llegar a casa después de trabajar en ese restaurante me metí en redes para ver que había pasado durante el día y fue cuando encontré a Pablo Iglesias, Teresa Rodríguez y otras personas presentando la idea de Podemos, y decidí dejar de quejarme y dar un paso al frente. Empecé con la creación del Círculo de Podemos en Cartagena, la verdad es que esos principios fueron muy bonitos porque fueron como muy naturales y espontáneos, y hasta hoy.

Llega al Parlamento y ¿qué se encuentra?

Me encuentro un monstruo de institución y un trabajo que no sabía ni por dónde empezar. Cuando llegas aquí te dan las llaves de tu despacho, tus comisiones, las delegaciones en las que trabajas y ahí empiezas.

Toda la delegación de Podemos era nueva.

Tuvimos que descubrir cómo funcionaba esto, éramos 5 eurodiputados sin experiencia institucional. No hay nadie que te guíe, te enseñe y te diga que es ser eurodiputado, ni cuál es tu labor, así que la vas adivinando viendo a los compañeros que llevan aquí tiempo, con fallo y error primero y luego aprendes a jugar con el lenguaje, a negociar, sabiendo que tienes gente con líneas rojas muy marcadas en cuanto al libre mercado, a las libertades y derechos civiles o al papel del Estado. Tienes que jugar mucho y aprender a transformar el lenguaje para que tus ideas puedan entrar en las leyes y poquito a poquito sí que lo conseguimos muchas veces.

De esta experiencia, ¿qué ha sido lo más negativo?

Te enteras, te llegan y eres consciente de las barbaridades que pasan por el mundo y eso es muy duro. Vuelves a casa por las noches sabiendo muchos de los problemas de la gente porque te los han contado, los has visto, te han mandado un video, o alguien te llama y te pide ayuda, es muy duro porque sabes que no puedes llegar a todo y que no puedes solucionar los problemas del mundo.

¿Lo más positivo?

La parte buena es que un escaño en el Parlamento Europeo, aunque tiene sus limitaciones, es un altavoz maravilloso para denunciar violaciones de derechos humanos fundamentales e injusticias del mundo y también para denunciar la hipocresía de la propia Unión Europea que se declara una exportadora de derechos humanos y no es así ni para dentro ni para fuera. Esto podría ser muy bonito si la Unión Europea estuviera dirigida de verdad por la voluntad de los europeos pero ahora mismo está dirigida por la voluntad de los grandes poderes económicos y financieros de Europa.

Desde su llegada al Parlamento comienza a trabajar en las comisiones de Desarrollo y Comercio Internacional.

Sí, la comisión de Desarrollo es como la María de los colegios, no se le hace mucho caso, es la parte humanitaria del Parlamento Europeo y siempre queda relegada a los intereses económicos. Ahora mismo y desde hace un tiempo uno de los temas más graves que estamos tratando es el de las migraciones y de la movilidad humana y todo lo que está pasando en el Mediterráneo. La UE es el mayor donante de ayuda humanitaria y desarrollo del mundo y eso está muy bien pero lo que vamos dando por un lado lo quitamos por otro con el comercio internacional y con todos estos tratados de libre comercio que abren mercados pero cierran derechos y libertades a las personas. Estar en estas dos comisiones supone la cara y la cruz de la UE, ves el alma buena, por así decirlo, y el alma más egoísta que es el comercio.

¿En qué tema está trabajando actualmente?

Estamos con un tema muy importante que está sucediendo dentro de Naciones Unidas y es el tratado vinculante sobre empresas y derechos humanos. Es un proceso que empezó en el año 2014 y tiene como objetivo que las empresas se vean obligadas a respetar los derechos humanos, una cosa tan básica como esta es un acto revolucionario solamente plantearlo.

Echando la vista atrás, ¿dígame algunos de los asuntos que han marcado su legislatura?

Nada más llegar me volqué en la campaña contra el Acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y los Estados Unidos (TTIP), en esa campaña nos dejamos la vida durante 2 años y estoy muy orgullosa porque creo que rompimos esa barrera del silencio que había en España. El segundo es el informe de textiles y derechos humanos, ahora estamos más cerca de conseguir una directiva europea para proteger a las trabajadoras del sector textil en todo el mundo.

La política en el Parlamento Europeo sigue siendo todavía un mundo de hombres, ¿cómo está viviendo esta situación?

Hay que enfrentar el cinismo y la hipocresía de muchos políticos y del mundo de la política en general, el Parlamento Europeo es una institución tremendamente machista y aquí hay un acoso sexual constante, permanente y consentido.

¿Se presentará a las elecciones europeas del 2019?

No lo sé, lo que mi organización considere. Creo que he demostrado que no sólo esto me gusta y le he puesto mucha pasión a muchas cosas sino que no se me da mal del todo y para no haber tenido experiencia ninguna ni en política ni en una institución estoy muy contenta con el resultado.

Durante estos años en Europa ¿le han llegado quejas de los ciudadanos de Almería?

Sí, durante un tiempo estuvimos recibiendo y tratando el problema de los jornaleros del campo, mayoritariamente en El Ejido con los invernaderos, además es algo que se repite exactamente igual en la Región de Murcia. Es un tema muy difícil de atajar desde la UE porque son competencias exclusivas de los estados. Es un problema que está muy silenciado en la sociedad, es una situación de semiesclavitud, de explotación laboral y miramos para otro lado.

Me imagino que conoce Almería y la petición constante del Corredor Mediterráneo.

Sí, la conozco y me gusta mucho, sobretodo la zona de Cabo de Gata. En cuanto al Corredor Mediterráneo es un asunto que me provoca contradicciones.

¿Por qué?

Porque por un lado sería de locos oponerse a un Corredor Mediterráneo que una nuestras regiones con el resto de Europa, pero por otro lado hay que pensar a qué intereses va a servir una infraestructura tan grande como esa. Viendo el modelo productivo de Murcia o Almería como es la producción intensiva del campo y las grandes extensiones con un uso de un recurso como el agua del que no disponemos, ¿de verdad queremos profundizar en ese modelo productivo?

¿Qué propone usted?

Yo creo que valemos para mucho más. Tenemos gente my preparada y unas universidades estupendas, aunque se las están intentando cargar. Hay gente que puede desarrollar otro tipo de sistema productivo con un valor añadido más alto en tecnología, ciencias del conocimiento, en turismo de calidad y respetuoso con el medio ambiente. Se pueden hacer maravillas, no sé por qué no somos pioneros en la explotación del sol, en Almería y Murcia somos los que más horas de sol tenemos de toda Europa y deberíamos tener en cada pueblo una fábrica de paneles solares, eso sí nos daría empleos de calidad, sueldos de calidad y una estructura social y económica que permita crecer.

¿Cómo está viviendo todo lo que está ocurriendo en Cataluña?

Yo creo que hay presos políticos en España. Todo este tema ha sido gestionado nefastamente y humillar nunca ha venido bien. Lo que está intentando ahora mismo este gobierno con sus aliados en Cataluña es una constante humillación a la parte del pueblo catalán que quiere independencia y así no se va a solucionar. Debe acabar con diálogo político, sentarse en una mesa y hablar y tenemos que aceptar que hay un sentimiento de independencia en Cataluña y yo no soy quien para decir si es mayoritario o no porque no dejan que se haga un referéndum con garantías para ver cuál es la opinión de los catalanes.

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