Almería dice adiós a los británicos y hola a los rusos
Más de ocho mil ingleses se han marchado en siete años
La provincia pierde a más de 21.000 europeos en ese periodo
El pueblo ruso ya roza los 4.000 empadronados
Los británicos se están marchando. En Almería hay menos cada año. En 2012 se tocó techo con 22.36. Habían adquirido decenas de fincas en el Levante para asentarse y echar raíces (aunque en su mayoría ya era población adulta), pero apenas siete años después, ocho mil de ellos han hecho las maletas. Las limitaciones en esas propias viviendas o, quizas, la llamada del Brexit, han hecho mella. El caso es que uno de los pueblos que más contribuía a la vida y la economía almeriense está volviendo a casa.
Existen municipios donde prácticamente son mayoría, caso de Bédar, Partaloa o Arboleas. En ellos, la vida social y política depende en buena manera del colectivo, al igual que en otros como Los Gallardos, Albanchez, Zurgena o Mojácar. De hecho, hay más de una decena de concejales británicos repartidos entre los municipios almerienses.
“Son parte de nuestro pueblo. Tienen sus negocios montados, sus bares, sus restaurantes y son nuestros vecinos y nuestros amigos”, explica Luis Díaz, alcalde de Zurgena, un municipio en el que con una población británica de casi 1.000 personas (de 2.800) se creó en 2013 una oficina municipal (Help Desk) en la que dar respuesta a sus necesidades (también a las de otros extranjeros).
Pero se le puede poner remedio. Desde la Unión Europea se está trabajando para que, aún con un Reino Unido fuera de sus fronteras, sus ciudadanos repartidos por Europa no se vean obligados a regresar en contra de su voluntad. De hecho, se ha creado una comisión específica para el diálogo. Pero nada de esto podrá ejecutarse en caso de la aplicación del Brexit. Pasarán a un nivel inferior, como el resto de extracomunitarios.
La provincia de Almería ha perdido exactamente 21.186 europeos empadronados desde 2012, año en el que la dinámica de ciudadanos del viejo continente iniciaron un éxodo que, si no crítico, da para pensar en los motivos por los que se están marchando. Más aún porque el lustro anterior fue el más prolífico en cuanto a su llegada, con más de 25.000 empadronados. Se han perdido ciudadanos franceses, italianos y alemanes y será difícil volver a la senda de recuperar población con altos recursos económicos. Aunque, con cierta cautela, está comenzando a llegar un reguero de ciudadanos rusos, la única comunidad del este que, paulatinamente, viene incrementando su presencia en la provincia durante los últimos años. Si en 1998 había 23 rusos empadronados en Almería, en la actualidad se rozan los 4.000.
Es curioso que los rumanos, pueblo europeo que ha emigrado a España en búsqueda de trabajo, sea el segundo en número de bajas en los padrones de la provincia. 7.000 rumanos lo han hecho en el último lustro. En la misma línea se sitúan los alemanes, que pierden 1523 representantes en la provincia en el mismo periodo; franceses (560); o italianos (140 empadronados).
En cuanto a los ciudadanos procedentes de África del norte, caso de Marruecos, en los últimos 10 años han sumado 10.000 empadronados en la provincia, llegando hasta los 45.000, aunque, de estos una mínima parte, apenas 4.000 han adquirido la doble nacionalidad según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
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