El aeropuerto fantasma
Coronavirus Almería
Aviones vacíos por el temor al contagio y menos de la mitad de los vuelos programados por las restricciones del espacio aéreo. Aena toma medidas de prevención en las instalaciones
El aeropuerto de Almería es hoy una ciudad fantasma. Apenas un retén de trabajadores, debidamente protegidos con sus mascarillas y guantes, deambulan por una terminal desértica que desde ayer cuenta con vigilancia en sus accesos de efectivos de La Legión. El aeródromo de El Alquián ofrece una imagen insólita la ser una de las infraestructuras más afectadas por la crisis sanitaria del coronavirus. El miedo a contagiarse deja en tierra a buena parte de los que tenían previsto viajar, a lo que se suman las crecientes restricciones de los últimos días en el espacio aéreo. El invierno ya de por sí es frío y duro en este aeropuerto, con apenas un par de conexiones internacionales con Reino Unido y Bélgica y las domésticas, en su mayoría operadas por Air Nostrum, pero lo de este mes de marzo no tiene precedente. Aviones con un tercio del pasaje, cafeterías vacías y la zona de facturación con un goteo mínimo de pasajeros, la mayoría sin posibilidad de cancelar el vuelo o porque requieren hacer el viaje.
La alerta sanitaria frena de lleno las aspiraciones del sector turístico y el Gobierno ha recomendado que se viaje cuando sea imprescindible. Las líneas con obligación de servicio público a Sevilla y Melilla de la filial regional de Iberia, así como su ruta de cabecera a Madrid y el de Vueling a Barcelona, están despegando pero no en todas sus frecuencias. Sólo en la primera semana de marzo, antes del estado de alarma, la cifra de pasajeros había caído un 13,8% y la de vuelos un 12,2%. Y eso que el aeropuerto almeriense no dispone de vuelos directos con los países que habían sido considerados zonas de riesgo, una restricción que ya se aplica a cualquier destino.
Desde Aena informan que se está actuando de acuerdo con las directrices del Ministerio de Sanidad y se han puesto en marcha líneas básicas de actuación como la de información a los pasajeros (carteles informativos en la terminal con datos sobre cómo actuar y mensajes en los paneles y por megafonía con recomendaciones como la de mantener un metro de distancia entre personas), un protocolo para los trabajadores a los que han facilitado el teletrabajo y un plan de contingencia con procedimientos que garanticen la operatividad del aeropuerto en caso de que se diera un escenario con ausencia de un número importante de trabajadores que pudieran verse afectados por la enfermedad.
También están llevando a cabo una coordinación y contacto permanente con las empresas que desarrollan alguna actividad en el aeropuerto que, a su vez, han distribuido información y protocolos de actuación entre sus plantillas. Por último, Aena está prestando especial atención a las tareas de limpieza e higienización, ademá de distribuir toallitas desinfectantes entre el personal para los equipos (teléfonos, teclados, volantes...). En los próximos días se irán instalando dispensadores de gel desinfectante en diferentes puntos de la terminal a medida que vayan llegando y en todos los aseos hay dispensadores de jabón.
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