Adiós al cuartel de Carabineros
Costas derriba el viejo edificio junto a sus caballerizas y pasa a estudiar el uso que se le puede dar a este solar, ubicado a escasos metros de la playa de El Bobar de la capital

A tan sólo unos metros de la playa de El Bobar, las penas y las glorias de un viejo cuartel de la Guardia Civil quedaron ayer reducidas a escombros en apenas una hora. Cuando aún no había salido el sol, una pala de grandes dimensiones tiraba al suelo la estructura, los maderos antiguos que conformaban el artesonado, las características puertas de madera con clavos metálicos y una acogedora chimenea que en su tiempo, cuando el cuartel tenía actividad, calentaba a los agentes en las frías noches de invierno.
Las caballerizas, de las que ya no se ven en los nuevos acuartelamientos, también han desaparecido de la orilla de la carretera que conduce a la Universidad de Almería. El viejo cuartel, que había quedado aislado, entre invernaderos, ya sólo permanece en la retina de los almerienses y de aquellos agentes que estuvieron destinados allí entre los años 40 y los 70 aproximadamente: un cabo y siete guardias.
La demolición de este acuartelamiento, que fue en su inicio cuartel de Carabineros hasta el final de la Guerra Civil española (cuando las labores del Cuerpo de Carabineros las asumió la Guardia Civil), forma parte del mantenimiento y conservación de la costa de Almería que tiene encomendado la Dirección General de Costas. El presupuesto destinado a estas tareas es de 1,5 millones de euros para el trienio 2011-2013. Según indicó a Diario de Almería el jefe provincial de Costas, Miguel Ángel Castillo "después de la demolición se asumirán los trabajos de retirada del escombro, que se llevará a un vertedero y el suelo estará recuperado a lo largo de esta semana". Castillo también indicó que "aunque aún no se ha determinado qué uso se le va a dar a la parcela sí es una cuestión que está en estudio", al tiempo que aseguró que "el motivo de haber demolido la antigua estructura es por seguridad, tanto de los vehículos que a diario circulan por esta carretera, como por el riesgo que implica el hecho de que alguien se pueda meter en su interior, totalmente en ruinas, y pueda sufrir un accidente grave".
El terreno en el que hasta hace un día se asentaba el viejo cuartel de Carabineros, en la zona de El Bobar de la capital, pasó a ser patrimonio del Estado cuando la Guardia Civil cesó su actividad en él.
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