2025, el año de Franco (V): españoles…Franco ha vuelto
Historia
La figura del dictador sigue siendo polémica y "arma arrojadiza" para según qué sectores
2025, el año de Franco (IV): el General Franco embalsamado

Empezó este año 2025 bajo el fantasma de Franco. Lo de “resucitar” al dictador cincuenta años después de su muerte por parte del Presidente del Gobierno de España, fue recibido con recelo y bajo el paraguas de la desconfianza.
En medio de la polémica por las celebraciones que el Gobierno de la nación está llevando a cabo, más la que aún quedan por celebrar hasta el 20 de noviembre, me encuentro en la estantería con el libro “Y al tercer año resucitó”, la loca novela de Fernando Vizcaíno Casas (1926-2003) que se convirtió en el libro más vendido de la Transición, allá en 1978, con cuatro millones de libros vendidos.
Para situarnos, el prolífico autor escribe: “20 de noviembre de 1978. Sopla un viento frío respetable en la sierra de Guadarrama cuando, a las siete de la mañana, el sacristán comienza a encender las luces de la maciza Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. De pronto, cesa el eco de sus pasos al acercarse al altar mayor: los ojos muy abiertos, las manos crispadas, un grito pugna por salir de su garganta. El sepulcro donde tres años antes había sido enterrado el cadáver embalsamado de Francisco Franco, caudillo de España, por la gracia de Dios, está abierto y el féretro de caoba, vacío. El aire logra al fin salir de la garganta del sacristán: ¡¡Ha resucitado!! ¡¡Ha resucitado!!”.
Al cumplirse en 2025 los cincuenta años de la muerte del dictador, lo de “resucitar” a Francisco Franco no ha sido bien recibido al 50% de la opinión pública. Para los más críticos del sanchismo, se trata de una maniobra que pretende desviar la atención de otros “sesudos” problemas y desvirtuar la imagen de la Transición.
Volviendo con Vizcaíno Casas, parece difícil de creer hoy, cuando los restos del dictador fueron ya definitivamente trasladados de Cuelgamuros, la novela más vendida de la Transición fue un bestseller psicodélico escrito por un abogado laboralista español nostálgico del régimen que fantaseaba con la resurrección de Franco. Un libro que se adelantó décadas al éxito en 2011 en Alemania de “Ha vuelto”, de Timar Vermer, en torno al regreso de Adolf Hitler. Por cierto, que unos años más tarde, en 2015, la periodista Emilia Landaluce actualizaba el regreso de Franco al Madrid del siglo XXI en una ensoñación divertidísima.
A principios de los 80 no había modesta biblioteca de clase media en nuestro país que no contara con uno de los cuatro millones de ejemplares que llegó a despachar “Y al tercer día, resucitó”, en 1978. Y seguramente también algún otro título del autor en los coloridos tomos de la colección Planeta Fábula como “De camisa vieja a chaqueta nueva” o “Niñas, ¡al salón!”. Cuando en 1980, el libro fue llevado al cine por Rafael Gil, amigo del autor, y con Florinda Chico, Juan Luis Galiardo o José Nieto en el papel de Franco, se convirtió en la película más vista de aquel año.
Contaba Vizcaíno Casas en el tercer tomo de “Los pasos contados. Memorias” (2002) que la idea se le ocurrió en 1977, un año antes de la publicación del libro, cuando iba leyendo en un taxi los titulares de la prensa del día cargados de asesinatos de ETA, atracos bancarios, desmesuradas exigencias nacionalistas, manifestaciones con graves disturbios o despidos masivos, y el taxista exclamó: “¡¡Si Franco levantara la cabeza!!”. “Súbitamente me llegó la inspiración, o más bien la intuición de escritor que me hizo comprender enseguida que aquello podía servir como tema para una narración. Hacía casi dos años que había muerto Franco y España atravesaba un difícil momento de incertidumbre respecto a su futuro”.
Recordaba Vizcaíno Casas que lo que más le interesó de escribir aquella “novela de historia-ficción”, como la bautizó, era sacar a la luz “los cambios de chaqueta y las actitudes camaleónicas de muchos que habían jurado ser fieles al Caudillo hasta la muerte”. En la novela, mientras se corre la noticia de que un Franco melancólico ha resucitado y recorre un país en caos, Santiago Carrillo y Felipe González preparan a toda velocidad la huida, mientras que Adolfo Suárez recupera del armario ropero su apolillado uniforme falangista. No obstante, Vizcaíno Casas excluyó los aspectos menos presentables del franquismo: la violencia, la represión, el exilio, etc.
¿Cómo explicarnos el gigantesco éxito de un autor completamente olvidado en la actualidad? Hasta el punto de que José Antonio Ríos Carratalá, profesor de Literatura Española en la Universidad de Alicante, ofreció las dependencias universitarias para acoger la biblioteca de Vizcaíno Casas a la muerte del éste cuando nadie quería hacerse cargo.
Le Figaro, The New Cork Times, The Guardian o The Economist, entre otros medios internacionales, dedicaron páginas enteras a la conmoción que causó en España ese extraño libro, mientras que la prensa patria calificaba a su autor de “fenómeno sociológico”.
Cada aniversario y sobre todo los más próximos a aquel 1975 dieron para mucho y para mucha tinta, mucho negro sobre blanco. “España olía a calcetines” según Vázquez Montalbán que dedicó un volumen de más de 600 páginas a reconstruir una autobiografía del Caudillo. Los títulos de ensayo fueron la tónica dominante como sucede con “Franco. Historia de un conspirador”, de José L. Rodríguez Jiménez (Oberñon). El propio dictador tomó también la pluma y bajo el seudónimo de Jakin Boor, escribió una serie de 49 artículos. Dos días después de que la ONU condenara su régimen publicó el primero. Es probable que los guiones de los artículos los escribiera Ernesto Jiménez Caballero, el que fuera introductor del fascismo en nuestro país. Otro seudónimo fue Macaulay (1950) como respuesta a la visita de Isabel II a Gibraltar.
Otras publicaciones y sus autores
“Franco. La pasión por el poder”, (Planeta), de Carlos Blanco.
“Franco. Un balance histórico”, (Planeta), de Pío Moa.
“Franco Top Secret”, (Temas de Hoy), de José Lesa y Miguel Pedreo.
“La sombra del General”, (Debate), de Enrique González Duro.
“El otro Franco”, (Espejo de Tinta), de Julio Merino.
“El General Franco. Un dictador en un tiempo de infamia”, (Edt. Crítica), de Carlos Fernández.
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