Los pisos con fines turísticos de Almería pasan de 11.388 camas a casi 20.000 en un año
Representan el 24% de la oferta de plazas en la provincia y se concentran en la costa, principalmente en Mojácar y Vera. Los alojamientos hoteleros y extrahoteleros sumaban 46.000 camas en 2007 y hoy son 84.006
La provincia supera año tras año los registros turísticos del anterior y nunca antes en la historia había conseguido alcanzar la cifra de 2,5 millones de turistas, de los que 1,4 se alojaron en los establecimientos hoteleros sumando 5,5 millones de pernoctaciones. Nunca antes los hoteles habían ofertado más de 35.000 camas como ocurre hoy, siendo un total de 19.237 en 2007.
Sin embargo, el auténtico boom del turismo en el destino Costa de Almería lo están experimentando las viviendas con fines turísticos, alojamientos que desde mediados de 2016 se han regularizado en la comunidad en base a un decreto de la Junta por el que han tenido que inscribirse en el Registro de Turismo de Andalucía. Este tipo de inmuebles, ya sean completos o por habitaciones, han pasado en la provincia de ofertar 11.388 plazas en marzo de 2018 a 19.904 un año después.
Un rápido florecimiento de un modelo de negocio ajeno a los tradicionales alojamientos que se ha extendido a cerca de 4.000 inmuebles en la provincia, casi el doble de los que se contabilizaban en la estadística de hace un año. De hecho, la previsión inicial de la Consejería de Turismo cuando se implementó la nueva normativa regional era reglar la situación de entre 3.000 y 4.000 viviendas que estimaban que venían operando en el mercado negro vacacional y en breve las habrán superado.
De ahí que haya surgido el debate en el sector sobre el efecto nocivo en la masificación y en la reducción de unos precios que los hoteles no pueden asumir, más allá de brotes de turismofobia en las principales capitales y restricciones a este tipo de viviendas con fines turísticos en comunidades como Baleares. La transformación del negocio turístico hacia la diversificación de la oferta y las nuevas tecnologías ha situado al alza al segmento de los pisos turísticos que cuentan en su proliferación con el respaldo de plataformas en auge como Airbnb, HomeAway o Booking, por citar sólo algunas, una alternativa que ha ido ganando terreno al hotel.
El Gobierno ha tenido en cuenta este desarrollo empresarial que miles de familias hacen con las segundas viviendas y una de las novedades de esta campaña del IRPF es que Hacienda ha reforzado el control sobre los propietarios de los pisos en alquiler, sobre todo a turistas. Desde el 1 de enero, los portales y plataformas web de alquileres vacacionales tienen que informar directamente a Hacienda sobre las reservas y transacciones entre sus usuarios y, en caso de detectarse que se han hecho de forma ilegal, contempla sanciones consistentes en el abono de los rendimientos no declarados, además de un recargo de entre el 50 y 150% del importe escondido al fisco en función de la gravedad de la infracción.
El fuerte tirón de las viviendas con fines turísticos, concentrados en el litoral almeriense con más de la mitad en los municipios de Mojácar y Vera, está contribuyendo al crecimiento del número de camas en la provincia. En 2007 eran 46.002 plazas, 53.000 en 2016, 70.000 en 2018 y en la actualidad son 84.006.
En base a los resultados hoteleros no se aprecia un retroceso de ventas (6,4% más de viajeros alojados), ni tampoco en la ocupación media de los establecimientos, que han cerrado el último año con casi el 50% cuando una década atrás se situaba en el 45%. Y el aumento de plazas también se ha percibido en el empleo convirtiendo al sector turístico en uno de los pilares de la economía almeriense. Los nuevos empleados en la hostelería pasan de 25.796 contrataciones en 2008 a las 63.526 del último ejercicio.
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