Tinta Negra, un asador que se sale de la norma

Gastronomía

José Manuel Berenguer, su propietario, prima el pescado sobre la carne en este espacio, que suple al histórico El Asador de la Calle Fructuoso Pérez

Catas maridadas o comida sin límites, dos de los eventos diferenciadores que ofrece

Casa Blas, un hogar gastronómico con la mejor carne y pescado

José Manuel Berenguer
José Manuel Berenguer / Carlos Javier Lillo

Lo primero que se puede encontrar al entrar en el asador Tinta Negra, ubicado en la calle Fructuoso Pérez de la capital, es una enorme parrilla que, pasadas las una de la tarde, ya está encendida. José Manuel Berenguer, con la chaquetilla de trabajo puesta, recibe al periodista en este nuevo local de la capital, que viene a suplir al histórico El Asador, que cerró un par de años atrás. Lleva siete meses de recorrido, después de una larga carrera, “toda la vida”, trabajando como cocinero, y ya empieza a ver sus frutos.

“Tuvimos un mes de diciembre muy bueno, abrimos el 24 de noviembre, llenamos”, cuenta. Dice que este local “siempre había sido un referente y como trabajé aquí, hablé con la propiedad”, destaca. Iba buscando una nueva aventura y la encontró en el centro de la capital, titular en el último tiempo de noticias pesimistas. “Las perspectivas no son malas del todo, llega el verano y los hoteles están casi llenos”, asegura, quien confía en los grandes eventos que tiene ya contratado para julio y la Feria, que es un revulsivo para la ciudad.

Uno de los eventos iba a tener lugar hoy. “Cerveza, cava y vino junto con marisco hasta reventar”. El cóctel formado por el calor y el auge de casos de Covid-19 ha obligado a aplazarlo. Habrá que esperar a después del verano para disfrutar de un evento que ya tenía buena parte de sus plazas reservadas y que tenía un precio de setenta euros por persona.

Cuenta que hay gente que ya tiene hechas sus reservas para las fiestas navideñas, síntoma de las ganas de los almerienses por salir a la calle y disfrutar de la gastronomía. “Hay eventos grandes, empresas que traen mucha gente, hasta con un recital de flamenco”, dice. Eso será antes, en verano. “En una cata de vinos acabó uno tocando con una guitarra, hace que sea una experiencia diferente”, expresa “contento, porque no es solo venir, comer e irte”.

Los clientes han cambiado. “Muchas veces somos muy delicados a la hora de salir, nos molesta si hay mucho ruido”, asegura. Afirma que una vez le pusieron una crítica por la mesa de al lado, que estaba hablando de operaciones médicas. Con la pandemia, España cambió y Berenguer lo ha notado. “Antes era más fuerte la noche y ahora es al revés, hay mucho tardeo”, defiende. Unos hábitos más diurnos que han provocado que el fuerte de la hostelería capitalina sea, frente a las históricas cenas, la hora de la comida.

El pescado, el protagonista

Uno de los hechos diferenciales que marcan la aventura de Berenguer en el centro de Almería es la apuesta por el pescado, a diferencia de lo que ocurriera en su predecesor, que tenía en la carne el mayor de sus credos. Berenguer explica la decisión de darle un giro a la carta como una necesidad de volver a su esencia. “Siempre he estado muy cómodo trabajando el pescado, me ha gustado mucho”. Lleva practicando pesca deportiva y buceo desde los cinco años y no quería perder ese guiño.

Los pescados grandes se despiezan y dividen en lomos y el resto de partes, muy jugosas. Son predilectas especies como la cherna. “Es lo que más nos gusta, intentamos trabajar con pescados que son de la zona pero no tan conocidos”, relata.

Sobre las comparaciones, sabe que están. “Antes había un asador castellano y hemos tenido que luchar contra eso, me gustan los retos”, resume. Lo suyo es una experiencia nueva, diferente.

El centro, un quebradero de cabeza para los empresarios

Berenguer deja claro que no tiene la ‘várita mágica’ que permita recuperar el centro con el vigor que algún día tuvo pero sí cuenta con una idea. “Lo que necesitamos es la unión, unirnos los empresarios”, manifiesta. Una fuerza común que, espera, sirva para atraer personas a este enclave de la provincia, con un atractivo comercial por vías como el Paseo de Almería, y un legado histórico que se manifiesta a muy pocos pasos, en el Casco Antiguo.

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