De cine de verano a parking: la última noche en la terraza Tenis de Garrucha

Cultura

El pasado lunes se proyectó la última película en el Cine Tenis y pronto será demolido

La terraza se construyó en 1985 pero desde los años 40 el municipio ha tenido siempre una estrecha relación con el séptimo arte

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Así fue la despedida del Cine Tenis de Garrucha antes de ser demolido

Se acabó. Casi 80 años después, Garrucha se ha quedado sin cine. El lunes, pasados unos minutos de la medianoche, los créditos proyectados sobre la enorme pantalla de la Terraza Cine Tenis marcaban el final de una era. Poco a poco los últimos espectadores iban abandonado el recinto. Algunos de ellos se hacían fotos para guardar un recuerdo pues muy pronto esa pantalla, los baños, el bar, la taquilla y la sala de proyecciones serán demolidos y sobre ese terreno se construirá un parking para un supermercado.

Fue un adiós discreto, sin una despedida oficial, ni siquiera con la presencia de políticos para salir en la foto. Apenas unas 150 personas ocuparon las butacas de una terraza donde en los buenos tiempos llegaron a meterse casi un millar de espectadores, por ejemplo para ver ‘Indiana Jones: en busca del arca perdida’. Eso fue en los años 80, cuando el cine aún era un espectáculo de masas. Hoy en día las salas (y más aún las terrazas de verano) luchan por sobrevivir gracias al empeño de cinéfilos como Diego Rodríguez, el empresario que gestiona los cines de Vera y Garrucha.

A las ocho y media de la tarde abrió la verja azul, una hora y treinta minutos antes de que comenzase la que sería la última proyección en esa vieja terraza construida en 1985. Sobre la puerta, el rótulo de Cine Tenis con caracteres rojos y azules (muy ochentero) veía pasar por última vez a los espectadores que se encaminaban hacia la taquilla en busca de una entrada. “Son 5,80 euros”, dice Ángela, la taquillera. Un precio mucho más bajo que cualquier cine de Almería capital o Roquetas. En la fachada, una vitrina de cristal iluminada mostraba solo el póster de una película, ‘Romper el círculo’, y sobre él un folio con las fechas de proyección: viernes 30, sábado 31, domingo 1 y lunes 2. 

La elección de la última película no fue al azar. No había mejor título para despedirse: ‘It ends with us’ (“Esto termina con nosotros”, de forma literal, aunque la versión española se haya titulado “Cerrar el círculo”… Cosas del marketing). “La escogí intencionadamente; ni siquiera la hemos puesto en Vera, solo aquí en Garrucha”, explica Diego Rodríguez. Era una película bastante distinta a las que se suelen programar en el cine de verano, donde se buscan más las comedias y filmes para toda la familia. Pero con ese título, esa tenía que ser la última película en la historia del Cine Tenis.

Un cine de verano es un negocio rentable “a medias”, como explica su gerente. Este año 2024 ha sido especialmente malo, “el peor tras la pandemia”, algo que achaca a la Eurocopa, los Juegos Olímpicos y la falta de grandes películas taquilleras. El margen de ganancia de los tiques es escaso, más aún vendiéndolos a menos de 6 euros. Donde se hace dinero es con el pequeño bar donde venden bebidas, hamburguesas, perritos calientes y bocadillos. El bocata de pollo o de lomo con corbata (con beicon) o la hamburguesa completa cuestan cinco euros. Algo más baratos son los bocadillos de atún, queso, jamón o tortilla. Con esos precios tan económicos, son muchos los que deciden cenar en su butaca mientras ven la película. Porque en el cine de verano no se comen palomitas (que también), sino buenos bocadillos. Otras personas, sin embargo, prefieren tomarse algo en los bares cercanos antes de entrar al cine. “Ellos también van a notar el cierre”, asegura Diego.

Las familias Rodríguez y Navarro, quienes han mantenido con vida el cine durante la última década.
Las familias Rodríguez y Navarro, quienes han mantenido con vida el cine durante la última década. / Marian León

La terraza de verano de Garrucha ha generado este verano nueve empleos a media jornada y otros diez en Vera. No es solo una alternativa cultural y de ocio para una comarca bastante deficitaria al respecto, sino también una oportunidad laboral para los jóvenes. Pero si no se ofrecen lugares alternativos para el año que viene (el Ayuntamiento no se ha pronunciado al respecto), se perderán tanto los empleos como la oferta cultural. Quedarán sepultados bajos los escombros de ese viejo cine.

Muchas generaciones de garrucheros han conocido y amado el cine gracias a esta terraza. También ha sido un gran atractivo para los turistas y quienes tienen su segunda vivienda en la localidad. “Llevo cuarenta años veraneando en Garrucha y venía cada año” comenta uno de ellos. Una familia, extrañada por ver a un periodista y una fotógrafa, preguntan y se enteran en ese momento de que acaban de asistir a la última proyección: “No puede ser, si venimos todos los años… ¿y no lo van a poner en otro sitio?”, dicen contrariados.  

Piden al alcalde que medie y evite el cierre

El futuro del cine en Garrucha es incierto. Hay quienes están trabajando para lograr que en los próximos años haya alguna terraza asociada a hoteles o promociones urbanísticas, pero es un proyecto que está en el aire. Por otro lado, las Juventudes Socialistas han enviado una carta al alcalde, el popular Pedro Zamora, y al concejal de Cultura, Luis José Fernández, para que “actúen e intervengan para salvaguardar la continuidad del cine”. Argumentan que, aunque es un asunto entre particulares, “el Ayuntamiento tiene muchas competencias transferidas por la Junta de Andalucía en materia de cultura, pueden intervenir mediando entre las partes y solicitando el amparo de la administración autonómica para salvaguardar lo que es una referencia cultural del Levante Almeriense y un gran atractivo de nuestro pueblo”. Lo que parece más encaminado, según a sabido este medio, es abrir una terraza de cine en la playa de Vera.

Garrucha tuvo cuatro cines; ya no queda ninguno

Hace unas décadas las terrazas de verano eran muy comunes en todo el levante español. En Cabo de Palos, Mazarrón, Águilas, Garrucha, Aguadulce… Pero pocas perviven ya. Garrucha ha tenido cuatro cines a lo largo del tiempo en los últimos casi 80 años: desde 1948. El teatro cine Español, en la calle Aristóteles, que era el cine de invierno; la terraza González, en el Malecón; la terraza Cinema en el edificio que ahora es el Centro Cultural; y por último la terraza Cine Tenis, que obtuvo su aspecto actual en 1985. Cuando en unas semanas las palas derrumben el edificio se llevarán al último superviviente.

“Es una pena”, admite Rodríguez sobre el forzoso cierre. “Nosotros llevamos once años gestionando este cine, desde 2014, y nuestra intención era continuar, pero la empresa propietaria ha decidido tirarlo abajo y construir unos aparcamientos”, explica. Serán para el Mercadona anexo. El cine fue vendido hace años a una inmobiliaria que luego quebró y quedó en concurso de acreedores. Ahora pertenece a la misma empresa que le arrienda el local de al lado al supermercado.

"Es una pena, nosotros queríamos seguir pero los propietarios han decidido que no”

Pero mucho antes que Diego otros ya proyectaban películas en aquellos terrenos rodeados de pistas de tenis —de donde proviene el nombre actual— que miraban al mar. La familia Moldenahuer y la familia González, conocidos como “Los Porreras”, eran los socios que levantaron aquel negocio. Federico Moldenahuer, que no quiso perderse la despedida, recuerda cómo hace más de 40 años la terraza estaba situada una decena de metros más al sur, “ahí donde está ahora el Súper Cash”. Luego, a mediados de los 80 construyeron la terraza actual. Un complejo sencillo, con unas habitaciones que sirven como taquilla, abajo, y sala de proyección encima; con la tienda de palomitas, la barra y la pequeña cocina debajo; dos cuartitos de baño con puertas azules, uno situado a cada lado de la pantalla; y la platea aterrazada, donde se colocan las sillas. Unas 700 en los días que se llena, algunas menos cuando la película es más floja.

A ambos lados de la pantalla, por encima de los aseos, los retratos de seis grandes actores observan al agonizante cine en sus últimos días de vida. Son Audrey Hepburn, Groucho Marx, Uma Thurman, Charles Chaplin, Marilyn Monroe y Clint Eastwood. Fueron dibujados por Pedro Sabiote hace una década. Ellos, que tantas películas han visto bajo las estrellas de los veraniegos cielos garrucheros serán también testigos del último adiós del Cine Terraza Tenis cuando entren las máquina para acabar con un trozo de historia del municipio. “It ends with us”, dirían si pudieran.

El Cine Español de Garrucha, en la calle Aristótles, mostraba este aspecto ruinoso en 2016.
El Cine Español de Garrucha, en la calle Aristótles, mostraba este aspecto ruinoso en 2016. / V. Visiedo P.

El cine de invierno corrió la misma suerte y fue demolido en el año 2021

Hubo un tiempo en el que Garrucha tenía dos cines en funcionamiento: el de verano, al aire libre, y el de invierno en la calle Aristóteles. Un edificio que llego a tener más de un siglo de historia hasta que cayó en el olvido del desuso, ya con la llegada del siglo XXI.

Sus últimos años estuvo en ruinas, como una metáfora del estado del negocio de las salas de cine en toda la comarca del Levante Almeriense. Lejos quedaban los tiempos en los que el Cine Español albergaba proyecciones de películas del oeste, españoladas de la época del destape o, más tarde, taquillazos como ‘Titanic’ o ‘El sexto sentido’. También fue escenario de obras de teatro y eventos de todo tipo.

Antes que él ya habían pasado a mejor (o peor) vida mucho antes el famoso Teatro Cervantes de Vera o el Cine Avenida de Turre.

En enero de 2021, cuando todo el mundo estaba más preocupado por una nueva oleada de contagios de covid-19 y la llegada de las primeras vacunas, las palas echaron abajo el viejo cine de invierno de Garrucha. Hoy solo queda su recuerdo y un bloque de 13 pisos a medio construir.

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