Sonia Chamizo: “Me entusiasmó tanto la investigación que seguí desarrollando nuevas líneas”
El personaje
La recién galardonada investigadora participa en un proyecto de investigación pionero en España y segundo en el mundo en el estudio de costras biológicas
Premio a la Trayectoria de Jóvenes Investigadoras/es en el ámbito de las Áreas de Ciencias, Ciencias de la Salud, Ingeniería y Arquitectura es con el que recientemente ha sido galardonada Sonia Chamizo de la Piedra investigadora postdoctoral en el Departamento de Agronomía y en el grupo de investigación Ecohidrología y Restauración de Tierras Áridas, gracias a su trabajo en un proyecto pionero en España, y que sólo unos pocos grupos investigan en el mundo: el uso de comunidades de biocostras (cianobacterias, hongos, líquenes y musgos) para restaurar suelos degradados en las tierras secas. Una solución basada en la naturaleza, como son las biocostras, para recuperar estos ecosistemas, que supondrán el 50% de la superficie terrestre a final del siglo XX.
–En primer lugar, me gustaría saber ¿qué son las biocostras?
–Las biocostras o también conocidas como costras biológicas del suelo son comunidades formadas por diferentes organismos vivos que viven en la superficie del suelo y que suelen ocupar el espacio entre las plantas en la mayoría de las regiones áridas y semiáridas del mundo. En tierras secas, pueden llegar a representar el 70% de la superficie del suelo. Donde aparentemente parece no haber vida, esta superficie suele estar colonizada por estas comunidades de organismos.
–¿Cómo funcionan estas costras biológicas?
–Las biocostras forman una capa en la superficie del suelo que lo protege ante las acciones del agua y el viento evitando de esta manera la erosión. Lo que hace es estabilizar la superficie del suelo y lo protege. De hecho la inexistencia de una biocostra puede aumentar 60 veces respecto a un suelo con costra biológica. Además, estas comunidades incluyen organismos que fijan carbono y nitrógeno atmosférico y lo incorporan al suelo, lo que hace que aumente la fertilidad del suelo y además afecta a muchas propiedades que influyen en el movimiento del agua en el suelo. Es decir, regulan todos los procesos hidrológicos locales.
–¿Hasta dónde quieres llegar con este estudio?
–Una vez que conocemos todas las funciones y el papel tan importante que tienen estas comunidades en los ecosistemas de tierras secas, pues lo que estamos haciendo es cultivar algunos de los organismos que componen las biocostras y lo estamos usando como inóculo para recuperar suelos degradados en tierras secas. Entonces, trabajamos principalmente con los organismos más ubicuos de la costra como son las cianobacterias, las aislamos, las cultivamos en laboratorio en medio líquido con nutrientes y una vez que tenemos biomasa suficiente vamos al campo y las inoculamos . Entonces lo que estamos intentando hacer es acelerar la formación de esa costra una vez que se pierde. Lo que hemos visto es que tras inoculación, es que en poco tiempo se forma esa biocostra y conseguimos que mejore la estabilidad del suelo. Y no solo lo estamos usando para mejorar los suelos sino para mejorar las condiciones para que luego la vegetación se pueda establecer. Al mejorar las condiciones, también mejora la vegetación. Y, en el proyecto lo que estoy viendo es cómo la biocostra acepta al balance de nutrientes del suelo y palia las pérdidas que se pueden generar por la erosión y además ver si la vegetación es capaz de usar esos nutrientes. Lo que queremos es que con el conocimiento que se genere, aplicarlo luego para la restauración de zonas degradadas.
–¿Por qué es importante conocer el papel de las biocostras?
–Las tierras secas representan el bioma más amplio del planeta y representa el 40% de la superficie terrestre y que al final de este siglo puede llegar a representar más de 50% y como se prevé que los procesos de degradación se van a ver agravados en todos estos ecosistemas, entonces es muy importante conocer estas biocostras y cómo recuperar esa biocostra para frenar esos procesos de degradación.
–Siendo Almería una provincia de tierra árida, pero también de cultivos considerada la huerta de Europa, ¿las biocostras tendrían alguna aplicación en la agricultura?
–Si , nuestro grupo de trabajo principalmente se dedica a ecosistemas naturales vamos a empezar a trabajar en algunos ecosistemas agrícolas, concretamente hemos empezado a hacer algunos ensayos en ecosistemas de olivar donde estamos utilizando estos inóculos de cianobacterias combinado con enmiendas orgánicas para mejorar la fertilidad del suelo y también protegerlo frente a la erosión en cultivos extensivos. Otra línea en la que también hemos comenzado a trabajar consiste en el bioframing de semillas con este inóculo de cianobacterias para ver el efecto que tiene este bioframing sobre la mejora de la germinación o la emergencia de plántulas, que de momento lo estamos probando en plantas en ecosistemas naturales, pero también no s gustaría hacer un ensayo en especies agrícolas.
–¿Qué fue lo que te empujó a tomar parte en esta investigación?
–Yo empecé mi tesis doctoral con una beca FPI (Formación de Personal Investigador),y ya en el grupo en el que empecé a trabajar me metí en este mundo. Empecé a conocer lo que eran las biocostras, qué papel tenían en estos ecosistemas, y desde el primer momento me centré en el papel que tenían sobre la actuación del agua, el balance del agua, en los efectos sobre la humedad, sobre la infiltración y a partir de ahí, me entusiasmó tanto la investigación que luego ya decidí seguir desarrollando líneas de investigación siempre relacionadas con el papel de esas comunidades de las tierras secas. Luego, su papel en el balance de carbono y ahora muy centrada en todo el balance de nutrientes del suelo y cómo esos nutrientes son utilizados por la vegetación.
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