Se disparan hasta un 900% las importaciones de hortalizas desde Marruecos
Datos
Las empresas almerienses compran cada vez más hortalizas al país vecino, pagando más de 18 millones de euros por el tomate
La pesca lanza un SOS en plena revuelta del campo: "Se va a perder, no hay gente para ir a la mar”
Los almerienses comen cada vez más tomate marroquí. La provincia ha disparado sus importaciones en la última década un 523%, según un informe que acaba de publicar el portal Estacom, que extrae sus datos del ICEX, que se encarga de medir cómo funciona el comercio exterior en España. Uno de cada cinco tomates, 22%, que las empresas compran al país vecino tienen como destino las casas de los almerienses. A los agricultores locales se les paga, de media, 1,48 euros por cada kilo, lo que supone un 156% más que antes de la pandemia.
El rey en las importaciones desde Marruecos es el pimiento. Han entrado en la provincia 19,28 millones de kilos en el período analizado, lo que supone que se compre un 971,5% más al Norte de África, completando este ranking la judía verde, de la que se han comprado más de 15 millones de kilos, según un informe desarrollado a partir de estos datos por el portal especializado Hortoinfo.
La compra de productos marroquíes está lejos de tocar techo. Mientras Granada ha detenido el ritmo en las importaciones en los últimos meses, Almería ha alcanzado un nuevo récord en cuanto a lo desembolsado, dejando solo en tomates 18 millones de euros de ingresos para las empresas marroquíes. Las compañías de la provincia son las que más compran pero no las que más pagan, pues en las ciudades españolas más alejadas de Marruecos, como Valencia o Lleida, se paga hasta noventa céntimos más por cada kilo.
Hay un porcentaje que destaca especialmente en las cifras del portal estadístico por lo mareante del aumento: un 3.193% ha subido la compra de sandías en los últimos años, aunque se sigue adquiriendo más otros productos como melones o berenjenas.
COMPETENCIA DESLEAL
Los datos ofrecidos por el portal estatal llegan en un momento en el que son cada vez más las voces que apuntan a Marruecos por la “competencia desleal” que supone este país para los productores españoles, más si cabe cuando los datos muestran que cada vez se compra más fuera. Las protestas del campo, que siguen en marcha, han tenido este punto como uno de los nucleares a la hora de alzar la voz. Las importaciones desde terceros países amenazan, según las principales organizaciones, con la continuidad del sector primario en la ‘huerta de Europa’.
Según el balance que ofreció Coexphal el pasado mes de septiembre sobre la campaña 2022-23, la provincia de Almería tuvo una producción de 3,77 millones de toneladas de productos, lo que fue un 5,66% menos que en la 2021-22. Para tener datos de cómo está afectando a la presente campaña el récord en las importaciones desde Marruecos habrá que esperar a la época estival.
Ante el auge en las importaciones, lo que piden los productores es que haya ‘cláusulas espejo’, un clamor que ha recogido la consejera del área, Carmen Crespo, quien le ha trasladado en los últimos tiempos ese mensaje a las instituciones europeas. Estas cláusulas permitirían igualar las condiciones exigidas tanto a los productores nacionales como a los internacionales, evitando el ‘trato de favor’ que tendrían a la hora de vender quienes producen fuera del país.
ALERTAS SANITARIAS
Las mesas tienen cada vez más productos cultivados en Marruecos, justo cuando cada vez son más quienes denuncian las alertas sanitarias que se están detectando de productos llegados del país. Son tres las veces que en las últimas semanas se ha activado el Sistema de Alertas RASFF por productos que estaban entrando con algún problema a través de las fronteras nacionales. La tercera se dio en los días previos a la Semana de Pasión, alertando de ella el equipo en Almería de la organización Coag, y era referida a la presencia de Imidacloprid en una partida de pimientos que cruzaron a territorio francés, donde la empresa receptora avisó del problema a las autoridades europeas. Los niveles de pesticida llegaban a duplicar el Límite Máximo de Residuos para un producto que está vetado para los agricultores almerienses.
Antes fueron las famosas fresas con Hepatitis A, que generaron un revuelo a nivel nacional, las que saltaron a la palestra a la hora de denunciar las condiciones de los alimentos producidos en Marruecos, obligando a que se declarara una doble alerta. El dictado de los tres avisos obligó incluso al Gobierno a pronunciarse para defender los controles a terceros países.
El etiquetado desata una pelea entre autoridades políticas
Uno de los clamores que se ha venido escuchando en el marzo que esta semana debe concluir es el reetiquetado de algunos productos para engañar a los consumidores. La principal afectación se dio en los frutos rojos onubenses pero Almería no se ha escapado y las organizaciones han alertado de lo que se está haciendo en algunas cadenas de supermercado. Coag alertó a inicios de mes de que se estaban vendiendo como españolas sandías que realmente habían sido producidas en Senegal, preguntando a la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía “y esta sandía, ha pasado control sanitario”, exponiendo con imágenes la práctica en una superficie comercial en La Cañada.
Desde entonces, la batalla se ha trasladado al terreno político con ataques entre el Ministerio y el ejecutivo andaluz. Si el ministro Planas había afirmado días atrás que era la Junta quien tenía las competencias de Consumo, fue ayer Carmen Crespo quien dejo claro que “la Junta de Andalucía ha hecho su trabajo”.
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