Sabor, directamente proporcional a calidad

Tenía bastantes ganas de visitar el levante almeriense y conocer el tipo de agricultura que allí desarrollan y hace tan solo unos meses, para un reportaje de sandías, melones y naranjas, cogí el coche y allí que fuimos a visitar productores. Para quien no la conozca, la huerta de Europa, Almería, está dividida fundamentalmente en dos regiones agrícolas.

Por un lado, la más conocida, el Mar de Plástico que forman las miles de hectáreas de invernaderos que cultivan de forma intensiva las hortalizas que a diario conocemos desde Adra [Poniente] a Níjar [Levante]. Ahí, la Venta del Pobre actúa de Checkpoint Charlie agrario. marca el límite del invernadero y el comienzo del cultivo al aire libre. Pero no sólo eso, sino que divide también la provincia en una zona donde la sequía se sobrelleva gracias a las desaladoras y las aguas regeneradas, de otra que vio cómo se le cortaban de raíz los trasvases y paradojicamente una riada en 2012, también acababa con la desaladora del Bajo Almanzora, el maná hídrico contemporáneo.

Ante eso, no les ha quedado otra a los productores levantinos y del interior de la provincia de Almería que optimizar todos sus recursos hídricos. Por supuesto, la labor de las comunidades de regantes en estas zonas es de diez. Cuando no está la política de por medio, la solidaridad interterritorial funciona. Pues bien, para quien no lo conozca, esto también es el Milagro Almería. ¿Cómo una región tan árida, tan mal comunicada y siempre olvidada es capaz de abastecer de alimentos a toda Europa? Ni recuerdo cuando fue la última vez que me llovió. Bueno, sí, el 7 de junio en Alesund, Noruega, en mi crucero de los fiordos de este año. Pero si tengo que recordar la última vez que saqué el paraguas en mi tierra, soy incapaz.

Es milagroso los que los agricultores [meto también en el saco a los ganaderos y apicultores] hacen con cuatro gotas. Pero no me refiero sólo a producir, sino que encima el producto es de una calidad formidable. No hace falta que les diga que el rey de reyes el tomate RAF, sobran las palabras. Además, por ejemplo, el novedoso zucchiolo ganó este año el Premio a la Innovación de Fruit Logistica, las exportaciones han crecido en hortalizas tradicionales como pimiento, pepino o berenjena, en el levante se está cultivando un melón tipo gourmet con venta sólo en Europa o cadenas tipo Corte Inglés... Y luego les ponemos piedras en las ruedas a todos estos magos del cultivo, la verdad es que es para hacérnoslo mirar.

La campaña vino marcada en su recta final de invierno por las multitudinarias manifestaciones que convocaron los sindicatos agrarios frente a la competencia desleal de terceros países. ¿En qué cabeza cabe que el productor español tenga unas medidas sanitarias mucho más estrictas que las que se le aplique, por ejemplo, a los africanos? No sólo España es de zambomba y pandereta, se ve que en Bruselas también cuecen habas.

El sabor define la calidad de cualquier producto hortícola y la calidad es un atractivo más que complementa el sabor de todo lo que se produce desde Almería hasta Huelva. Nuestros agricultores producen con la lucha integrada, con las técnicas más modernas de regadío, con una maquinaria que mima al fruto para evitar golpes, con unos protocolos estrictísimos para proteger su salud y, de paso, la del consumidor final. Así lo certifican a diario las agencias agroalimentarias más importantes de este país. 

No lo duden, aunque sea algo más caro, compren producto kilómetro 0 por su calidad, por su sabor y porque beneficiar al productor de tu tierra es apostar por tu salud.