La relevancia de la IA en la agricultura andaluza
Agricultura
Esto nos dirigirá hacia una agricultura inteligente y optimizada, automatizando tareas y reduciendo costes de producción

La inteligencia artificial (IA) ha adquirido una importancia significativa en la agricultura andaluza, representando un punto de inflexión que transformará el sector agroalimentario mediante la digitalización. Sin duda, esta herramienta permitirá avanzar hacia la potenciación de las frutas y hortalizas de sabor. La tecnología actual permite la recopilación y análisis masivo de datos, modelizando procesos agrarios y anticipándose a variaciones, facilitando recomendaciones a los agricultores para la toma de decisiones inteligentes que permitan minimizar riesgos.
El sector agroalimentario está a punto de experimentar un salto cualitativo con la aplicación del metaverso industrial a la agricultura, alineado con la estrategia Industria Conectada 4.0. Esto nos dirigirá hacia una agricultura inteligente y optimizada, automatizando tareas y reduciendo costes de producción, mejorando la competitividad, eficiencia y sostenibilidad de las explotaciones agrarias andaluzas.
La receptividad y adopción de estas tecnologías por parte de los agricultores es generalmente positiva, aunque varía según los agrosistemas. En cultivos forzados en invernadero, la integración de nuevas herramientas tecnológicas es total. Son muchos los agricultores con formación universitaria, que ya gestionan el clima y fertirriego de sus invernaderos mediante teléfonos móviles, lo que facilita la adopción de herramientas basadas en IA.
Por otro lado, en grandes explotaciones de cultivos extensivos, la agricultura de precisión ha facilitado labores culturales como la siembra y la aplicación optimizada de fitofármacos, incluyendo el uso de máquinas agrícolas con conducción autónoma. En pequeñas explotaciones familiares, la edad de los agricultores es clave para la incorporación de tecnología. El relevo generacional y la digitalización son cruciales para la sostenibilidad de la agricultura familiar, puesto que los jóvenes son más propensos a adoptar tecnologías que faciliten el trabajo en el campo.
La IA ayuda a los agricultores a tomar decisiones informadas, anticipándose a problemas, adaptándose a situaciones adversas, automatizando tareas y reduciendo insumos. Estos sistemas pueden realizar tareas que antes requerían intervención humana, como aprendizaje, razonamiento y percepción, ahorrando mano de obra, que es a menudo el mayor coste de producción. Facilitan el riego y fertilización, la identificación de patógenos, permiten realizar aplicaciones y recolección selectivas, mejorando, en general, todas las labores culturales.
En invernaderos, la IA permite una gestión óptima del microclima, agua y nutrientes. Por ejemplo, mediante cámaras, en la Universidad de Almería se han desarrollado herramientas para predecir la producción, cuantificar frutos en estado óptimo para recolección, estimar cosechas y detectar plagas y enfermedades. Esto es esencial no solo para los agricultores, sino también para cooperativas que pueden organizar mejor la producción.
Un aspecto innovador de la aplicación de la IA en la agricultura es la mejora del sabor de frutas y hortalizas. Utilizando algoritmos avanzados y análisis de datos, los sistemas de IA pueden identificar las condiciones óptimas de cultivo que potencian las cualidades organolépticas de los productos. Esto incluye ajustar la cantidad de luz, agua, y nutrientes para maximizar el sabor y la calidad. Estudios recientes en la Universidad de Almería han demostrado que la aplicación precisa de estos parámetros puede aumentar significativamente el dulzor y la textura de de las frutas y hortalizas, haciendo que no solo sean más atractivos para los consumidores, sino también que obtengan un mayor valor en el mercado.
La IA ya se está abriendo camino especialmente en cultivos intensivos de alto rendimiento, tanto en invernadero como al aire libre. Para los agricultores, la inversión en IA no representa un coste adicional significativo, ya que se rentabiliza rápidamente en pocas campañas agrícolas. Sin embargo, la investigación que sustenta cada nuevo desarrollo requiere grandes esfuerzos, destacando la importancia de la colaboración público-privada.
Las universidades, especialmente en aquellas con una orientación internacional como la Universidad de Almería, estamos investigando nuevas aplicaciones de la IA en la agricultura. En el Grupo de Investigación “Ingeniería Rural” de la UAL hemos priorizado los desarrollos en esta área, trabajando siempre en estrecha colaboración con las empresas. La IA tiene un potencial enorme y ya está transformando el sector, ahorrando costes y elevando la agricultura a un nuevo nivel. Además, las mejoras en el sabor de las frutas y hortalizas representan una ventaja competitiva adicional, beneficiando tanto a productores como a consumidores.
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