Andalucía hoy sabe mucho mejor
Anuario de Agricultura & Agroalimentación 2024
Nuestros sabores y nuestra despensa son hoy reconocidos y demandados en todo el mundo. Pero, sobre todo, están muy valorados

Pocas cosas puede haber más sugerentes que hablar del sabor de Andalucía. Evocar todo lo que nuestra gastronomía significa para nuestra tierra es también hablar de todo el esfuerzo y trabajo que hay detrás de ella. De quienes se dedican a generar toda esa materia prima y esos productos únicos en el mundo. De aquellos que los seleccionan, los preparan y los distribuyen para que lleguen hasta nuestras cocinas como recién sacados de los campos y ganaderías andaluzas. De los encargados de elaborarlos y servirlos en cualquiera de nuestros miles de mercados, bares y restaurantes, convertidos en auténticos templos del sabor andaluz.
Andalucía sabe a muchas cosas. Sabe a serranía y a campiña. A olivar de Jaén y a hortalizas de los invernaderos de nuestro oriente. A océano colombino. Sabe a fritura de la Bahía y a espeto. A pionono y a torrija. Sabe a esa mezcla de texturas y culturas que nos ha regalado la historia hasta hacer de Andalucía lo que hoy es: una tierra que hace justamente de la diversidad y de su tolerancia uno de sus platos estrella.
Cada vez hay más gente que quiere disfrutar de los sabores de Andalucía. Y me refiero a personas de todo el mundo. Unas ganas de Andalucía que se traducen en números de forma evidente. Se nota en el volumen de nuestras exportaciones agroalimentarias, que crecen exponencialmente. Así, observamos que nuestra comunidad sigue marcando cifras históricas en su negocio exportador, y que de hecho es la que más aporta a la marcha del sector exterior nacional: más de 21.300 millones de euros de negocio, gracias a la fortaleza de la industria agroalimentaria y el impulso del sector aeronáutico.
Los últimos datos facilitados por la Agencia Trade (Agencia Empresarial para la Transformación y el Desarrollo Económico de Andalucía), correspondientes al primer semestre de 2024, nos revelan que Andalucía registró exactamente un volumen de negocio de 21.336 millones entre enero y junio. Esto es, un 6,54% más que un año antes, un dato aún más significativo si se tiene en cuenta el contexto de bajada del 2,4% que sufrieron las exportaciones a nivel nacional.
Si nos adentramos en las cifras, vemos que la industria agroalimentaria alcanzó un nuevo récord: cerca de 9.000 millones de euros en exportaciones (un 14% más que un año antes). Almería es la provincia que más exporta (casi 2.300 millones) y Jaén es la que más crece (casi un 75%). Lo hace sobre todo impulsada por las ventas de aceite de oliva, que aumentaron casi un 70%, movilizando casi 2.500 millones de euros.
Desde que llegamos al Gobierno andaluz, la tendencia de nuestro tejido agro viene siendo de firme crecimiento. En estos cinco años, las exportaciones andaluzas han aumentado una media de 7.000 millones al año respecto al promedio del periodo comprendido entre 2014 y 2018.
Nuestros sabores y nuestra despensa son hoy reconocidos y demandados en todo el mundo. Pero, sobre todo, están muy valorados. He podido comprobarlo en la misión comercial que hemos realizado recientemente en China. Hablamos nada menos que de una de las grandes potencias económicas del mundo. De un gigante donde residen algunas de las compañías globales más potentes y, por tanto, de un mercado en el cual es muy complicado posicionarse, sea en el ámbito que sea.
Hoy puedo decir con orgullo que Andalucía está en el mapa de algunas de las empresas más poderosas y con más músculo del planeta. He podido dar fe de ello a lo largo de cada una de las reuniones y encuentros que hemos celebrado en el país asiático, tanto yo como presidente de todos los andaluces como el resto de miembros de la delegación andaluza, de la que formaban parte directivos y representantes de numerosas empresas andaluzas con intereses en el mercado asiático.
Fue el caso del Grupo Osborne, cuyo máximo responsable en China nos presentó la trayectoria de esta empresa en el mercado asiático, así como sus proyectos de futuro. Para que nos hagamos una idea, esta empresa familiar con más de 250 años de historia facturó 248 millones de euros en 2023 y cuenta con seis plantas de producción en España, dos de ellas en Andalucía. Exporta a setenta países y tiene filial propia en China desde el año 2015.
Pero, como advertí antes, Andalucía está conquistando el mundo no solo por el paladar. También lo está haciendo por otras muchas vías. Por su forma de trabajar. Por su seriedad. Por ser creíble en lo que hace. Por despuntar en ámbitos de la economía y la tecnología donde potencias como la misma China son las grandes referencias.
Podemos hablar, por ejemplo, del sector aeroespacial. Según los datos que ofrece Trade, la industria aeronáutica andaluza registró en el primer semestre de 2024 un volumen de negocio con el exterior de más de 1.600 millones de euros, casi el doble que un año antes. Un 87% más. Esto hace que sea Andalucía la segunda comunidad autónoma más exportadora en el sector aeroespacial, por detrás de Madrid.
Que la reputación de Andalucía está altamente consolidada es una evidencia que he podido constatar no solo en este último viaje al gigante asiático. También en otros destinos a los que he podido acudir en representación de Andalucía en los últimos meses, como Emiratos Árabes o Egipto, por ejemplo. En resumidas cuentas, podemos decir con orgullo que Andalucía se está ganando el respeto de toda la comunidad internacional.
Una conclusión que nos conduce a otra. Hubo una época en la que Andalucía era conocida fuera de nuestro país poco más que por su gastronomía y su atractivo turístico, que obviamente son dos de nuestras grandes armas de seducción. Ese potencial siempre lo tuvo y lo supo aprovechar. Hoy hablamos de algo que trasciende todo eso. Hablamos de otra Andalucía. De una comunidad autónoma que es tan grande como Portugal, que es más más extensa que muchos países de la Unión Europea, y que es el hogar y el lugar de trabajo en el que buscan su bienestar y su desarrollo personal más de ocho millones y medio de personas.
Hoy hablamos de una Andalucía moderna, tecnológica, conectada y puntera. Una Andalucía que no es únicamente fiesta, flamenco y jamón ibérico, que también. En definitiva, de una Andalucía que sabe a mucho más que todo eso. Porque si de hablar de sabores se trata, Andalucía rezuma aromas que trascienden lo puramente gastronómico.
Hoy, Andalucía sabe a hambre de liderazgo. A ser la primera en poner en marcha proyectos o medidas pioneras que luego otros copian. Se me viene a la cabeza la Unidad Aceleradora de Proyectos, nuestra ‘unidad de élite’ compuesta por funcionarios altamente cualificados, con idiomas y experiencia en el sector privado, cuya función es acompañar y asesorar a las empresas que quieren hacer realidad grandes proyectos en Andalucía.
Una idea que comunidades como Madrid o Baleares han replicado en sus territorios, algo que nos satisface enormemente. Esa es la Andalucía a la que aspiramos. La que abre camino y marca el paso haciendo bien las cosas. Con sensatez y sin estridencias.
La Andalucía que acoge el centro de Ciberseguridad de Google en Málaga. La que ya es referencia del hidrógeno verde en Europa de la mano de Cepsa, con Huelva como epicentro; la que es cuna del Airbus A400M, o la que está a la vanguardia de la experimentación de vehículos aeroespaciales y de investigaciones atmosféricas gracias al centro de El Arenosillo.
Todo eso también es Andalucía, es orgullo andaluz
Andalucía hoy también sabe a récord, con cotas de empleo históricas nunca registradas desde que existen estadísticas: 3.399.604 ocupados, un 12% más que en diciembre de 2018. O con más autónomos que nunca: 580.308, un 9,03% más que en 2018 (52.447 autónomos más, nada menos).
La generación de empresas también marca ritmos muy destacables: hoy hay en Andalucía 534.199 empresas, un 7,8% más que en 2018, según datos del IECA. Somos la segunda comunidad con más empresas de España, por delante de Madrid (según el INE). El 16,24% de las empresas españolas son andaluzas.
Andalucía despunta en las exportaciones: casi 7.000 M€ más cada año en el periodo 2019-2023 que en el 2014-2018. Entre enero y julio de 2024, 21.336 millones, un 6,5% más que un año antes. Y también recoge más inversión extranjera: 4.426 millones en el periodo 2019-2023, un 87,5% más que en el de 2014-2018.
Todos estos datos ayudan a comprender otro registro: En Andalucía se ha alcanzado el peso más elevado de la industria andaluza en la estructura productiva de la comunidad en 20 años. En 2022, llega al 12,6% (en 2018 era un 11,4%).
Andalucía sabe a capacidad y a tesón. A alcanzar metas que antes parecían imposibles. Sabe a tenacidad, a humildad y a honestidad. Pero Andalucía también es solidaridad. No se conforma con resolver sus propios problemas. También quiere arrimar el hombro y buscar soluciones a los de todos, sobre todo si esos problemas generan desigualdad y desequilibrios injustos.
Ni más que otros, ni menos que nadie. Ese lema, que inspiró a los andaluces de la Transición en la búsqueda de una autonomía completa para Andalucía, nos guía hoy también en un escenario político en el que se observan claros intentos de discriminación entre españoles utilizando para ello la herramienta de la financiación autonómica.
Los que impulsan esas diferencias se han encontrado ya enfrente con una Andalucía que lucha, como siempre, por lo que le corresponde por historia, por tamaño y por pujanza. Y en esa lucha vamos a seguir. Andalucía siempre ha estado muy orgullosa de pertenecer a este gran equipo de iguales que se llama España. En eso también ha sido siempre, y lo sigue siendo hoy, de las mejores.
Mi agradecimiento al Grupo Joly por darme la oportunidad de hablar sobre Andalucía, y sobre todo de poder transmitir a los andaluces algunos de los muchos motivos que tienen hoy para sentirse orgullosos de serlo.
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