El agro busca apoyos en su apuesta por la biodiversidad
Agricultura sostenible
La Fundación ALAS impulsa un Manifiesto por la Agrociencia en el que el sector reclama flexibilidad para el objetivo comunitario de reducir al 50% el uso de fitosanitarios
Los tractores ya están en las calles. La voz de los agricultores y ganaderos españoles fue silenciada hace un año por la Covid-19 y el sector agroalimentario, en un ejercicio de responsabilidad necesario, se volcó para atender la demandas de los consumidores en los momentos más difíciles de la pandemia. Pero la realidad sigue su curso con el decreto de aplicación en España de la PAC, las extrategias comunitarias en pro de una agricultura sostenible como único futuro posible, las dificultades para que se acepten los criterios de laLey de la cadena agroalimentaria, entre otras cuestiones. La respuesta del agro es clara: “Nos apuntamos, pero necesitamos respaldo”.
El presidente de la Alianza para una Agricultura Sostenible (ALAS), Pedro Gallardo, lo ha explicado en el webinar #ALASBiodiversidad, patrocinado por Bayer, donde ha afirmado que “los agricultores y ganaderos tenemos nuevos retos y exigencias, como el Pacto Verde Europeo. Nos hemos adaptado siempre a los cambios, pero pedimos a las Administraciones que sigan apostando por un modelo sostenible de producción de alimentos y si aumentan los condicionantes, también deben hacerlo las compensaciones”. Gallardo subraya que “todas las nuevas exigencias deben venir acompañadas de estudios de impacto y en este caso, las propuestas europeas no lo tienen y los reclamamos”.
La biodiversidad es uno más de esos retos ineludibles para el sector productor y por ello Juan Ignacio Senovilla, vicepresidente de ALAS, agregó que “los agricultores necesitamos la biodiversidad, la protegemos y la fomentamos. Tenemos programas desde hace años para potenciar la biodiversidad en España. Hemos cambiado nuestras prácticas. Desde la aprobación de la Directiva de Uso Sostenible de Productos Fitosanitarios ha habido un antes y un después en términos de control y reducción de aplicaciones, inspecciones, envases y protección de agua. Se está trabajando en márgenes multifuncionales, variación de cultivos, incrementando leguminosas, y practicando la agricultura de conservación”.
Manifiesto por la Agrociencia
De hecho, la Alianza por la Agricultura Sostenible (Alas) ha impulsado el Manifiesto por la Agrociencia, en el que piden “una toma de decisiones que reconozca el papel de la innovación en la agricultura y se base en la ciencia y sólo eso nos permitirá tener éxito y mantener la competitividad, el empleo, la producción, la modernización y la transición ecológica justa, que permita combatir la despoblación en las zonas rurales”, subrayó Pedro Gallardo.
El presidente de ALAS hizo un llamamiento “ante los retos inminentes que asumimos desde el sector, como el Pacto Verde Europeo y la Estrategia de la Granja a la Mesa, de la Unión Europea, o el Plan Estratégico de España para la PAC post 2020, del Gobierno español, entre otros”.
Respaldo
El documento impulsado por ALAS cuenta con la adhesión inicial de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), la Asociación Española de Agricultura de Conservación Suelos Vivos (Aeacsv), la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex), la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), Cooperativas Agro-alimentarias de España, la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (Aepla), la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (Anove) y el Foro Interalimentario.
El manifiesto dirige sus propuestas “a las administraciones públicas, a nuestros representantes electos, a los agentes económicos y sociales y a la sociedad en general” y reclama que se potencie el papel del sector agrario como sumidero de carbono, facilitando a los agricultores la sostenibilidad de sus producciones; que se considere a la agricultura y la ganadería en España como un “laboratorio europeo para el cambio climático” y pide la creación de servicios de asesoramiento al sector para mejorar su capacidad de adaptación.
Propone “flexibilizar el objetivo de reducción del 50% del uso y del riesgo de los productos fitosanitarios establecidos en las estrategias de la Comisión Europea” y “establecer unos plazos realistas y un marco regulatorio apropiado que permita acelerar la introducción de nuevas soluciones, incluidos productos fitosanitarios con menor impacto, como sustancias de bajo riesgo o biosoluciones”.
Otra demanda es “poner en valor el papel que la tecnología y la digitalización desempeñan en toda la cadena de valor agroalimentaria y fomentar su desarrollo y adopción mediante una regulación concreta”. Reclaman “un marco regulatorio basado en criterios científicos y poner en valor los recientes avances en técnicas de edición genética”, así como que se favorezca el acceso a innovaciones y desarrollos tecnológicos en ganadería y reconozcan los beneficios del consumo de carne roja o elaborada dentro de una alimentación saludable equilibrada y variada”.
En la misma línea, en el evento organizado por Bayer se destacó el esfuerzo de los productores para aumentar la biodiversidad y los participantes coincidieron en que se podría mejorar más si el sector, las organizaciones medioambientalistas, la cadena agroalimentaria y los consumidores trabajaran en conjunto.
“La dehesa es el ecosistema con mayor biodiversidad de Europa, por eso la gestión de los ganaderos es fundamental es conservarla y mantenerla”, declaró Emilio de León, director de Desarrollo de Negocio y Compras de Covap, que enumeró sus compromisos de desarrollo sostenible con la distribución y la comercialización de los productos, como son la reducción de plásticos, disminuyendo huella de carbono, su apuesta por la eficiencia energética e hídrica, el vertido cero, la rotación de cultivos, la cría de razas autóctonas y la certificación de bienestar animal.
El agricultor Miguel Barnuevo subrayó que la agricultura de conservación es viable para la disminución de las emisiones de gases de invernadero y el aumento de la materia orgánica de los suelos agrícolas, pero también son espacios de biodiversidad.
Colaboración
Tuvieron su espacio en el webinar medioambientalistas que llevan años trabajando en la protección de la biodiversidad, tanto Felipe Fuentelsaz, coordinador de Agricultura de WWF, como Fernando Garcés, secretario general de Grefa, quienes mostraron su voluntad de seguir colaborando con los agricultores, conscientes del papel fundamental de estos en la conservación de la fauna y flora salvajes.
Fernando Móner, presidente de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) indicó que “los consumidores hemos tenido poca información del sector primario, solo del producto. Por eso es importante conocer de primera mano las buenas prácticas y el trabajo de sostenibilidad que los agricultores y ganaderos están realizando para que la imagen de los productores siga reforzada con la confianza de los consumidores”.
En la clausura del webinar, la directora de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica, Elena Pita, indicó que las “prácticas agrícolas y forestales sostenibles tienen un impacto muy positivo en la protección y promoción de la biodiversidad”.
#ALASBiodiversidad
Richard Borreani, director de Sostenibilidad de Bayer Crop Science Iberia, presentó en el webinar el programa Baydiversity de acciones beneficiosas como parte de planes de conservación.
“El plan de acción -dijo- se inicia con una evaluación inicial sobre el nivel de biodiversidad o un inventario de fauna y flora de la finca agrícola, para pasar a otro plan de acción con recomendación para aumentar y preservar la biodiversidad, mediante prácticas comunes como las bandas florales que sirven de alimento y refugio para diferentes especies, entre otras los polinizadores, cubiertas vegetales que conservan el agua y la materia orgánica en el suelo, cajas nido, hoteles de insectos o islas en balsas de riego o charcas para anfibios”.
Explicó que este es un concepto desarrollado en España y Portugal desde hace unos años, con más de 70 planes de acción ya implementados, que ofrecen muchas ventajas en términos económicos para el agricultor.
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