"Fue duro ver esa pérdida de parras en tan poco tiempo"
Antonio Rubio, coordinador del Proyecto de Biodiversidad Domesticada, ha localizado y recuperado 74 variedades tradicionales de este cultivo en Almería
El patrimonio genético de uno de los cultivos más importantes de la provincia, el de la uva de mesa, está hoy salvaguardado, y todo gracias a un nombre propio. Se trata de Antonio Rubio, miembro del Grupo Ecologista Mediterráneo, quien lleva muchos años volcado con la recuperación de este símbolo de la agricultura provincial y le llevó a impulsar el Proyecto de Biodiversidad Domesticada.
Aravés del mismo, Rubio ha sido capaz de recuperar 74 variedades únicas de uva de mesa de Almería, entre las que se encuentra uva del Barco, la Molinera, Corazón de Cabrito o del Cuerno. Y, por supuesto, la famosa uva de Ohanes, cuya exportación fuera en el siglo XIX el principal motor económico de la provincia hasta que dejara paso al abrigo del plástico para los cultivos que hoy conforman su despensa.
Durante cerca de tres siglos, las parras inundaban parte de la provincia. Época en la que surgieron variedades autóctonas, circunscritas a pequeñas zonas; con sus características, sus propiedades, su peculiar sabor y su textura inequívoca. Un patrimonio inmenso que un día desapareció y que Antonio Rubio llegó a vivir en sus carnes. "Todo empezó en mis inicios trabajando vinculado al sector agrícola. Recuerdo mi época en Berja investigando las plagas del parral, momento en el que el cultivo de la uva de mesa aún estaba en funcionamiento. Por circunstancias me tiré unos años después sin ir a este municipio y cuando lo hice me di cuenta que ya no existían las plantaciones. Fue un palo. Por eso, me puse a investigar qué estaba sucediendo".
Un manuscrito de Simón de Rojas Clemente, un cura y botánico que en 1807 publicó una obra titulada 'Variedades de la vid común que vegetan en Andalucía' y que databa 69 variedades en Almería, le llevó a estudiar todas ellas. "Empecé por el río Almanzora, después me fui a río Nacimiento y de ahí al Andarax. Localicé las primeras parras madres gracias a los agricultores, ganaderos, celadores, etc.", cuenta el responsable del proyecto, quien ha encontrado ejemplares en los sitios más recónditos de la provincia. "A lo mejor de cada una de ellas había una totalmente abandonada. Iba, podaba, le llevaba petacas de agua y abono. La reproducía y al año siguiente conseguía sarmiento para repartir".
Rubio lleva 22 años trabajando en este proyecto, ha localizado 74 variedades autóctonas y adaptadas de diferentes zonas, y ha repartido más de 11.000 parras en la provincia, y también por toda la geografía española.
En estos años, Rubio ha visto "cosas alucinantes", y también ha vivido experiencias que refuerzan si cabe aún más esta labor cuyo fin es desinteresado y va dirigido a una sociedad, como la almeriense, que debe a este cultivo buena parte de su identidad.
Homenaje a los parraleros, héroes anónimos
El pasado 12 de septiembre, el Patio de Luces de la Diputación Provincial acogía la XIII Muestra de Variedades Históricas de Uvas de Mesa de la Provincia, enmarcado dentro Proyecto de Biodiversidad, que fomenta el desarrollo agrícola sostenible en la provincia y que lideran el Ayuntamiento de Terque, el Museo Provincial de la Uva del Barco y el Grupo Ecologista Mediterráneo y que cuenta con el apoyo de la Diputación de Almería, BioSol Portocarrero, Cajamar, Fundación Savia y Puerto de Almería. En cada edición se homenajea a cinco parraleros por su contribución al mantenimiento de este cultivo.
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